Los penaltis a favor son todo un calvario para el Deportivo

El Deportivo comenzó la temporada con un indiscutible y fiable lanzador de penaltis: Lucas Pérez. El coruñés abrió fuego desde los once metros en la primera jornada ante el Eibar en Riazor y no le tembló el pulso. Sin embargo, poco después hizo las maletas para irse al Arsenal y desde entonces los penaltis se han convertido en una tortura: seis pitados y sólo dos trasformados, ambos con Celso Borges de ejecutor.

Precisamente el tico fue el encargado de asumir la responsabilidad de la siguiente pena máxima. Fue en la jornada 11 en La Rosaleda ante el Málaga y no falló. Pero la ausencia de Lucas dejó al equipo sin un lanzador fijo y a la siguiente jornada, ante la Real Sociedad, hubo otro penalti y cambio en el hombre elegido. Lo lanzó Ryan Babel sin acierto, aunque después el holandés marcó en el rechace. Poco después, en la Copa ante el Betis, de nuevo el Depor tuvo otra pena máxima a favor, y una vez más apareció un nuevo especialista: Joselu. El delantero gallego, que venía de un lustroso doblete en el Bernabéu, también erró. Auqel fue el último penalti con Garitano en el banquillo.

El primero de la era Mel, en Gijón ante el Sporting, arrancó con lío y polémica. Lo quiso tirar Andone, pero al final lo hizo Çolak para... fallarlo. El técnico madrileño, que había dejado libertad a los jugadores para decidir, estableció entonces un orden fijo de lanzadores: Borges, Fayçal y Andone. El tico volvió a mostrar su puntería ante el Betis en Liga, pero este fin de semana no viajó por decisión técnica para descansar tras jugar con Costa Rica. Y en Valencia, al poco de empezar el partido y con Borges en A Coruña, llegó un nuevo penalti. Fue el turno del número dos, Fayçal, que se encontró con Alves para convertirse en el cuarto jugador de la temporada en fallar desde los once metros.