Sobre las 15:00h. se verá a un jugador descalzo caminando por el césped del Bernabéu con un teléfono móvil en la oreja. Será el internacional colombiano Daniel Torres, que apenas ha completado un par de sesiones esta semana porque ha estado con su país en los partidos clasificatorios para el Mundial de Rusia. A pesar de ello, lo normal es que juegue.
Torres tuvo muchos problemas con el alcohol cuando jugaba en Bogotá (“podía tomarme hasta dos botellas de whisky en una noche. Al día siguiente entrenaba y jugaba con normalidad”). Pero no era el camino correcto, así que se puso en manos de Sandra Merino, una asesora espiritual que ayudaba a Independiente de Santa Fe, su equipo. Según esa gurú religiosa, debía ahuyentar los malos espíritus rezando. Por eso, cada vez que Torres juega, se descalza y pisa el césped para que “el Señor Nuestro Dios bendiga ese campo y nos proteja de los malos espíritus”. En realidad lo que hace es rezar con Sandra Merino que es quien está “al otro lado del celular”. Eso le da fuerza en los partidos.