1x1 de Argentina: Roncaglia errático; Di María sin gol ni ánimo
El jugador del PSG demostró galones y no se escondió aunque falló el mano a mano que pudo ser el 0-1. Roncaglia, muy mal atrás. En su debe, los dos goles de BoliviaSorteo Mundial Rusia 2018 en vivo y en directo
Pareció que pasó un vendaval por el once del Argentina si se comparaba con el del difícil partido de Chile en el Monumental. Faltaban los mediocentros, Mascherano y Biglia. También Mas, Mercado, Otamendi, Higuaín, Agüero y, de súbito, Messi. Con un once renovadísimo e impactado por la ausencia de Messi, Argentina no funcionó en la difícil altura de La Paz. Mal en la primera parte y mal en la segunda pese a los intentos con Agüero y Acuña de Bauza. Argentina, con o sin Messi, tiene un gravísimo problema de poca generación de fútbol. El crack del Barça tapa carencias pero en La Paz no podía ayudar.
Romero. Mal. En el primer gol de Arce se quedó a media salida aunque tampoco le ayudó el mal marcaje de Roncaglia. En el segundo hizo algo insólito en un portero: darse la vuelta antes del remate de Martins.
Roncaglia. Horrible. Segundo suspenso. En el primer gol se dejó coger la posición por Arce y en el segundo perdió un balón y no volvió atrás con ganas.
Musacchio. Pese a no ser un titular habitual intentó mantener el nivel aunque en la jugada del 2-0 tampoco pudo frenar a Flores. La jugada
Funes Mori. El jugador del Everton se marchó lesionado (rodilla izquierda) y fue sustituido por Caruzzo, que llevaba siete años sin jugar en la selección de Argentina, una prueba de la crisis de identidad que pasa la selección de Bauza exceptuando el talento de Messi.
Rojo. No fue de los peores en defensa. De empezar de central ante Chile (luego cambió de posición por la lesión de Emmanuel Mas) a jugar de lateral ante Bolivia. Casi se hace un autogol en la segunda parte. La altura juega malas pasadas.
Guido Pizarro. Pese a sus buenas maneras, el jugador de Tigres mexicano no tuvo peso en el juego. La altura de La Paz tampoco ayuda a un control de balón.
Enzo Pérez. Intrascedente, como toda la colección de centrocampistas de esta época en Argentina con la excepción de Banega. Trabaja, intenta mantener la posición pero le cuesta generar juego. En el Benfica, desde luego, parecía más que hoy. Le sustituyó Acuña, que nada más salir disparó con peligro y le puso voluntad.
Banega. No es el jugador elegido mejor jugador de la final de la Europa League en la temporada 2014-15 y que se salió en 2016 con el Sevilla. Se le hizo un mundo, además, llevar la manija del partido con Pizarro y Enzo Pérez al lado.
Correa. Apareció para dar una asistencia preciosa al contragolpe a Di María sin premio. Hizo otra buena jugada en la primera parte con un desmarque al espacio. La colocó en el segundo palo pero Pratto no apareció donde debía. Por él apareció Agüero, que salió con ánimo y quiso levantar a sus compañeros pero
Di María. Dio la cara. Era el jugador de más fama mundial en el campo y trató de acreditarla. Lanzó sobre el minuto 25, cruzado con la pierna izquierda; fuera. Falló el mano a mano que pudo significar el 0-1 pero no se escondió y, sin Messi en el campo, trató de ponerse galones. Peleó, pero no pudo evitar la derrota.
Pratto. Insuficiente. El delantero del Sao Paulo es un luchador pero carece de talento para crearse jugadas y si no le llegan balones se convierte en un rematador poco útil.