Álvaro García, el rayo de Utrera que conquista el Carranza
El extremo izquierdo, que hace cuatro años viajaba cada día en tren de Utrera a San Fernano, es ahora uno de los futbolistas más destacados de la Segunda.
Volvió a ser una semana más todo un baluarte en el ataque cadista. El extremo izquierdo Álvaro García, en la tarde del pasado domingo, sacó de nuevo su mejor versión para romper la banda de Quini, lateral del Rayo Vallecano, y ser un quebradero para la zaga rayista en interminables ocasiones con su velocidad. La principal arma y mejor herramienta del dorsal número once amarillo, sin duda.
Su titularidad está más que asegurada en el Cádiz, tan solo una lesión o una sanción es capaz de sacarle del once de Álvaro Cervera. Suma total de 2.339 minutos disputados, jugando como titular los 27 partidos en los que ha ido convocado. Y es que, además de ser un gran activo en ataque, con dos goles –el último, el domingo al Rayo Vallecano logrado de manera excepcional-, y ocho asistencias, también lo es en defensa (136 recuperaciones), no dudando en bajar para ayudar a su lateral izquierdo Brian Oliván. Ambos se asocian cada semana mejor y toman la responsabilidad de crear peligro desde el flanco izquierdo.
Este futbolista, titular indiscutible en LaLiga 1|2|3 llevando a cabo grandes actuaciones, no ha parado de crecer desde que el San Fernando de Segunda B llamara a sus puertas en enero de 2013. Procedía del Utrera, equipo de su pueblo, y antes de firmar por el conjunto azulino estuvo a prueba. Cada día, el sevillano viajaba en tren hasta la localidad gaditana para entrenar y jugar los partidos. El sacrificio estaba sellado en su mente y nada ni nadie iba a desviarle de su meta. Así fue.
La gran media temporada realizada en la escuadra cañailla, mientras que el Cádiz –cosas de la vida-, peleaba por no descender a Tercera División, llamó la atención del Granada de Quique Pina. Con 19 años, continuaba construyendo su carrera como profesional ladrillo a ladrillo en el filial nazarí, donde jugó 30 partidos y anotó seis goles. Además, debutó en Primera División, llegando a debutar 103 minutos en la máxima categoría.
Para dar el salto, el Granada le cedió a finales del mes de agosto de 2014 al Racing de Santander. En el equipo de El Sardinero disputó un total de 30 partidos, siendo de lo más destacado del conjunto racinguista, a pesar del descenso a la categoría de bronce. Fue entonces cuando demostró que, a veces, para avanzar, es necesario dar un paso atrás.
Las buenas relaciones que mantenía el Granada con el Cádiz, entonces en Segunda B, hicieron posible la cesión en verano de 2015. Tuvo que ganarse el puesto saliendo desde el banquillo, por lo que se le colgó la etiqueta de ‘revulsivo’. Aceptó el rol, y lo desempeñó a la perfección. Fue creciendo a lo largo de la temporada, hasta convertirse en una pieza más que clave en la fase de ascenso, marcando el 0-1 en la primera eliminatoria ante el Racing de Ferrol, usando su velocidad, y poniendo el 0-1 (0-2) en El Sardinero ante su ex Racing de Santander, usando su velocidad y su regate.
Con el ascenso, el utrerano inició las negociaciones para continuar en el Cádiz, firmando con la entidad de la Tacita de Plata para las próximas cuatro temporadas tras desvincularse del club granadino. Apuesta mutua que se ha visto refrendado con el paso de las jornadas. El niño que decidió abandonar el nido y volar de Utrera para volar en los terrenos de juego enamora el Ramón de Carranza Carranza cada semana. La hinchada cadista, a sus pies, no dudó el pasado domingo en regalarle una gran ovación cuando fue sustituido mientras le cantaba “Alvarito, Alvarito”. Cada soñador termina alcanzando las metas que sueña.
Sigue la narración del partido de la Jornada 30 de LaLiga 1|2|3 entre: Girona-Cádiz