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LIGA IBERDROLA

Un matrimonio está a la cabeza del Sporting de Huelva

Antonio es el entrenador y Manoli, la presidenta. Él fue su entrenador y juntos crearon el Estudiantes primero y el Sporting después.

Antonio y Manoli posan con la Copa de la Reina de 2015.

La de Antonio Toledo y Manoli Romero es una historia curiosa. Son matrimonio y Antonio es el entrenador del Fundación Cajasol Sporting de Huelva y Manoli, la presidenta. El club es el tema de conversación en casa de los Toledo-Romero y los roles se respetan al máximo. “Cada uno manda en lo suyo. No sería ético meterme en su faceta, pero yo sí que a veces le pido consejo”, reconoce Manoli, que lleva la voz cantante. Este domingo el primer equipo, noveno, recibe al Atlético, líder de la Liga Iberdrola.

Se conocieron hace 18 años y se casaron hace cuatro. Manoli jugaba en un equipo de fútbol sala de la Universidad y cuando ella y sus amigas crearon un equipo de fútbol 11 llamaron a Antonio para que las entrenara. Entonces surgió el flechazo. Su historia de amor ha avanzado de forma paralela al fútbol. Juntos crearon el Estudiantes de Huelva, en 1998, un referente en los años sucesivos, y abandonaron el club poco después de jugar la final de la Copa en 2003. Tras un periodo de descanso, en 2004 crearon el Cajasol Sporting de Huelva, su nuevo ‘hijo futbolístico’.

Poco le costó a Antonio convencer a Manoli para volver al fútbol femenino: “Antonio conservaba la licencia del Sporting de Huelva. Cuando me propuso usarla para crear el club femenino, tardó poco en convencerme. Le dije por la tarde que no, pero a la mañana siguiente acepté”.

Reconocen que antes de la llegada de Iberdrola y, pese al apoyo de la Fundación Cajasol, las instituciones y otros, han vivido momentos complicados, en los que incluso “Antonio ha tenido que responder con su dinero”. También de felicidad, como cuando ganaron la Copa en 2015: “En 2003 habíamos sido subcampeones con el Estudiantes y la víspera le dije Antonio: ‘¿Y si la ganamos?’. Fue el momento más bonito junto al ascenso. Un sueño cumplido”.

Ser matrimonio en el fútbol tiene ciertas ventajas. Los enfados de la presidenta no tienen consecuencias graves. “Le amenazo con vengarme de cuando era mi entrenador porque me ponía a jugar poco, pero la cosa queda ahí”, bromea.