Qué fue de Alexander Mostovoi, el 'zar de Balaídos'
El mediocentro ruso es uno de los jugadores más emblemáticos del Celta. Conocido como el ‘zar de Balaídos’ dejó un recuerdo imborrable de su fútbol y carácter.
Narración del Shakhtar Donetsk vs Celta de Vigo | Europa League
Imparable y con un gran golpeo de balón. Así era Alexander Mostovoi, el centrocampista que se convirtió en todo un ídolo en Balaídos en los años más gloriosos del Celta. Mostovoi nació en San Petersburgo y comenzó a despuntar como futbolista en las filas del CSKA de Moscú y del Spartak, para más tarde jugar en el Benfica. Tras su nefasto paso por la liga portuguesa, el mediocentro ruso aceptó una oferta del técnico del Caen, Jeandupeux, que luego se lo llevaría al Estrasburgo en su resurgir como futbolista. En 1996, el Celta lo fichó del club francés por 325 millones de pesetas que lo convirtieron en aquel entonces en el fichaje más caro de la entidad celeste. Ocho años más tarde de su llegada a Vigo, Mostovoi fue uno de los estandartes de la época más gloriosas del Celta junto a jugadores de la talla de Salgado, Mazinho, Gustavo López, Karpin, Makelélé, Patxi Salinas... Incluso llegó a coincidir con Berizzo, actual técnico del conjunto gallego.
Su adaptación al club vigués no fue fácil debido a su carácter complicado, pero pronto se convirtió en toda una estrella entre la afición del Celta a pesar de haber protagonizado algún que otro enfrentamiento con la grada en Balaídos. Con la llegada de Jabo Irureta al banquillo, el cuadro celeste mejoró notablemente logrando la clasificación para la UEFA. Irureta se marchó al Deportivo pero llegó uno de los entrenadores que más ha marcado la historia del Celta y la carrera de Mostovoi: Víctor Fernández.
Siempre envuelto en polémica pero con un excelente fútbol, Mostovoi se hizo grande en el Celta donde ganó la Copa Intertoto de 2000 y llegó a la final de la Copa del Rey en 2001 en un partido en el que su gran actuación no bastó para sentenciar al Zaragoza. En aquellos años, el Celta se mantuvo en la zona alta de la clasificación de Primera División disputando la Copa de la UEFA y la Champions League.
Nunca dejó de lado su faceta polémica con declaraciones como la que hizo en France Football en 1999: "He jugado en Portugal y Francia y nunca vi nada igual. El cuerpo arbitral español da pruebas de favoritismo hacia Real Madrid y Barcelona. Para que un equipo como el Celta sea campeón hay que jugar tres veces mejor que el Barca”. Así era el zar de Balaídos, único e incomparable.
Los derbis Celta vs Deportivo cargados de espectáculo
En los derbis gallegos también gozó de protagonismo. Famosas fueron sus trifulcas con Djalminha con el que dejó una de las imágenes más recordadas de un derbi Celta vs Deportivo. El exjugador del Deportivo le soltó una colleja al mediocentro ruso después de que este le llamase mono al futbolista brasileño en un enfrentamiento de ambos jugadores.
Internacional con Rusia
Mostovoi fue internacional en 65 ocasiones. Jugó 15 partidos con la Unión Soviética y 50 con la Selección de Rusia. Su paso por esta última estuvo cargado de polémica de príncipio a fin. Las peleas con Romantsev le dejó fuera de la selección durante mucho tiempo. Finalmente firmó la paz con el técnico ruso y terminó disputando el Mundial de 1994 en Estados Unidos y el Mundial de 2002 en Corea y Japón, la Eurocopa de 1996 en Inglaterra y la de 2004 en Portugal. Su despedida dio mucho de qué hablar. Fue precisamente tras el partido ante España en la Eurocopa de 2004 en el que los rusos salieron derrotados por 0-1. El mediocentro del Celta criticó durantemente la estrategia del seleccionador ruso Yartsev que no dudó en expulsarle en el que fue el final de Mostovoi con la selección rusa.
Se retiró en el Alavés
En 2004, tras seis meses sin jugar y con 36 años, se fue al Alavés donde duró apenas 30 días tras rescindir su contrato por dolores en la espalda que le impedían jugar al fútbol. De esta forma colgó las botas el zar de Balaídos. En 2013, fue director deportivo del Marbella donde residía. Ahora, vive en Moscú y colabora como comentarista de partidos en medios locales rusos y se ha aficionado al hockey de hielo, aunque seguro que no se le da también como pegarle al balón. En Balaídos siempre se le recordará como uno de los mejores jugadores que ha vestido la elástica celeste caracterizado por una visión de juego y una técnica espectácular.