El Espanyol solo pisó tres veces el área de Kiko Casilla
El Real Madrid superó las 30 acciones con balón. Todos los jugadores pericos acabaron el duelo con una posición media en su propio campo.
No es la primera vez que todos los jugadores del Espanyol acaban un partido y su posición media en el campo se sitúe en sus propio terreno. Eso ocurrió en el Bernabéu, como había pasado en el Calderón o en el Camp Nou. El sometimiento de los tres grandes a los de Quique es una realidad, aunque el signo de los partidos no fue el mismo: 0-0 ante el Atlético, 4-1 contra el Barcelona y 2-0 el pasado sábado. Ya sea por habilidad del rival o por planteamiento blanquiazul, el equipo se atrinchera en campo propio intentando anular las virtudes del rival, aunque eso lastre su despliegue ofensivo.
Pero hay un matiz observando el encuentro del sábado. La distancia entre el primer y el último jugador perico era más amplio que en los anteriores encuentros. Los centrales están muy retrasados, a algo más de 30 metros de los atacantes, lo que dejó mucho espacio al Real Madrid para colgar balones. Así llegó el 1-0. Una de las explicaciones pudo ser la nueva pareja de centrales que jugó en el Espanyol. Óscar Duarte y Diego Reyes participaron juntos por primera vez en lo que va de Liga. Con David López en el costado derecho, el equipo no estuvo tan sincronizado, aunque esta dupla pasó con buena nota la prueba del Bernabéu, sobre todo el costarricense.
El Madrid hizo más de 30 acciones con balón dentro del área del Espanyol, mientras que el conjunto de Quique únicamente la pisó en tres ocasiones: el remate de David López de córner en el primer tiempo, el lanzamiento de Hernán en el segundo acto y otra de Gerard en el pico del área del costado derecho. Un bagaje ofensivo apenas irrisorio, inferior incluso al que logró ante Atlético y Barcelona, en un campo en el que los rivales suelen marcar.
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