Demichelis: "Perder un Mundial duele para toda la vida"
Su llegada suscitó dudas. Por edad (36 años) y por inactividad (apenas jugó en el Espanyol). Martín Demichelis repasa con AS cómo ha vivido los últimos años.
¿Esperaba volver al Málaga?
Esperaba, lo soñaba y lo deseaba. Feliz de poder disfrutar de esta segunda vuelta. Mi puerta siempre estuvo abierta.
¿Qué sucedió?
Me marché por todo lo que ustedes saben y no fui el único. Se fue Jesús Gámez que nació y vivió toda la vida aquí. ¿Qué me van a contar? Se fueron Joaquín, Cazorla, Maresca, Rondón, Monreal… ¡se fue Pellegrini! Había una situación que involucraba un montón de desorganización. Me fui porque había millones de cosas y una deuda. Y lo vuelvo a repetir, yo nunca reclamé la deuda que tenían con todo el plantel… No me quería adelantar a mis compañeros. Reclamaba lo que había tenido que sacar de mi bolsillo para tributar bien porque el club, de forma errónea, tributó mal.
Prosiga…
Fue un año muy difícil porque fue el accidente de mi padre y decidí irme a vivir a Argentina porque mis dos hermanas se habían quedado solas. Mi mamá había fallecido hacía 20 años y decidí irme para allá casi con la obligación de quedarme. Tras convivir con ellas mes o mes y medio me dijeron que siguiera mi camino.
¿Y entonces?
Me llamó Simeone y me sedujo deportivamente porque sabía que el Atlético iba a vivir un año competitivamente muy bueno. Ese año ganaron la Liga y llegaron a la final de la Champions. No estuve muy errado…
¿Qué pasó después?
Me entristece que después de estar 45 días ahí, el Atlético se vio beneficiado por cinco millones de euros de mi venta al City. Si las cosas hubiesen sido más propicias, yo habría podido renovar y el Málaga se habría quedado con ese dinero, pero déjenme aclarar que entonces no habrían sido cinco millones. Habría salido por la deuda que tenían conmigo porque mi valor de mercado de ese año, con 33 años, no eran cinco millones. El City primero fue a buscar a Pepe, que había perdido su posición con Varane. Pero el Madrid decidió no venderle. Entonces el City se quedó sin refuerzos y Manuel apostó por mí.
¿Cómo fue su experiencia en Inglaterra?
Deportivamente fue maravillosa. El primer año ganamos la Liga y la Copa. Este buen rendimiento colectivo e individual me hizo regresar a la selección y jugar con 33 años y medio la final de la Copa del Mundo. Uno de los mejores años de mi carrera. El segundo año quedamos segundos y fui el jugador de campo con más minutos. El último año ganamos otra Copa y fuimos semifinalistas de Champions. Perdí la titularidad. Habían comprado a cuatro centrales. Estaban Otamendi, Kompany y Mangala, que el año anterior había sido suplente mío y lo habían comprado por 40 millones. Fueron tres años de crecimiento porque hasta entonces jamás se había pasado a octavos de la Champions. Y pasamos los tres años.
¿Hay algún dolor deportivo comparable a perder una final de un Mundial?
No volveré a tener la oportunidad de jugar otra final de un Mundial. No sé cuándo se repetirá que Argentina vuelva a jugarla. Ojalá que sea pronto y que la gane. Ese es el pico máximo para un profesional. Perder esa final es una cuestión que te está girando siempre en la cabeza y el dolor será para el resto de la vida. No me he sentado a ver los 120 minutos de ese partido. El día de mañana, cuando mi hijo sea más grande, me sentaré con él y juntos la disfrutaremos. Pero ahora aún duele demasiado ver esas imágenes.
¿Cómo fue su salida del Espanyol?
Planteé la salida y Quique lo supo entender. Estaba sumamente descartado y empecé a notar una distancia que no me hacía sentir bien como jugador. Cuando decidí rescindir no tenía aún la opción del Málaga ni una oferta sobre la mesa.
Entonces apareció la opción del Málaga.
Sabía que estaban buscando un central por la lesión de Weligton, Koné estaba en la Copa África… Entonces me puse en comunicación con el club y decidieron hacerlo. Me sentía útil, me apetecía mucho volver y quería ayudar. Entiendo que para la gente era difícil confiar en mí, tengo ya 36 años, venía de cuatro o cinco meses sin jugar, pero por otro lado me seguía convocando la selección.
¿Cómo percibe al Gato Romero como entrenador?
Vine gracias a una petición suya, fue el primero que me recibió. Enseguida me transmitió sus ideas, muy claras. No estamos siendo beneficiados en cuanto a resultados. Pero me deja muy tranquilo el rendimiento, el equipo funciona y eso es la mano del entrenador.
¿Qué tal con Luis Hernández?
Muy bien. No necesitamos demasiados entrenamientos para entendernos dentro del campo. Manejamos enseguida conceptos muy claros y eso facilitó muchísimo la cosa.
¿Ha visto a lo largo de su carrera muchos penaltis tan claros como el de Charles?
Me cuesta creer que no lo viese. Hay imágenes muy claras en las que no tiene jugadores por delante como para poder ver esa situación. No sé qué sucedió.
¿Es cierto que ni los jugadores del Villarreal se creían lo que estaba pitando Vicandi?
Dentro del campo los jugadores hablamos. Ellos vieron lo mismo que nosotros.
¿Qué espera a nivel personal y colectivo en estos meses?
A nivel colectivo espero, deseo y añoro que el equipo pueda conseguir que los resultados se vean reflejados con el rendimiento. Esto no está pasando y es injusto. Hay plantilla para estar más arriba. Ojalá que estos meses que quedan ganemos muchos más partidos. Individualmente, espero poder ayudar, que no aparezcan circunstancias extradeportivas que me dejen fuera y terminar jugando esta temporada.
Carne de futuro técnico
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