Jovetic perfora al Eibar
Sólo el ingenio del montenegrino, que ya se siente líder, tumbó a los armeros. Dio la asistencia de los dos goles a Sarabia y Vitolo. El Sevilla duerme segundo.
Como venía debidamente subrayado en el libro de instrucciones de la previa, el Sevilla pasó las de Caín para roer ese hueso que es el Eibar, un equipo que se le subió a las barbas y que no se quitó de encima en todo el partido. Sólo un desajuste defensivo que castigó Pablo Sarabia, admirable su temporada como jugador número doce, y el descabello final de Vitolo derritieron finalmente a los de Mendilibar. El Eibar, en definitiva, fue un equipo altamente indigesto para el método Sampaoli.
El Sevilla, que durmió segundo, sufrió en la primera parte. Lenglet y Rami regalaron un balón detrás de otro. Si lo intentaban sacar limpio, Adrián, Escalante y Fran Rico cortaban y alimentaban a Pedro León, Rubén Peña y Sergi Enrich. Si se quitaban la pelota de encima, Ben Yedder sufría para rescatarla.
Para ganar, por tanto, el Sevilla tuvo que bajar a la mina. El partido amenazaba con el 0-1 hasta que Jovetic se puso al mando de las operaciones. El montenegrino jugó con liderazgo, una cualidad imprescindible en una noche en la que Nasri se fue con molestias y no lució, Franco Vázquez desapareció (el Mudo se está quedando sin gasolina) y Vitolo fue reservado para el Leicester y el derbi. Jovetic aguanta el balón de espaldas, se pelea con defensas, conduce contragolpes, remata a puerta y da asistencias como la del 1-0.
El Eibar, como anunció Mendilibar, creyó siempre en sacar algo. Le abandonó, sin embargo, el gol. Sergi Enrich apenas tuvo un cabezazo. Hubo acercamientos, pero poco veneno para un equipo que tal vez echó algo de menos la pimienta de Inui. La munición definitiva estaba en el banquillo local. Vitolo jugó media hora de alto nivel. Le dio oxígeno al Sevilla, posesión y un sitio para descansar: el costado derecho, donde se apoyó bien en Mariano que también firmó una buena segunda parte. Después de perdonar la sentencia en tres ocasiones (Nzonzi al pase del mismo Vitolo, el canario con una volea fácil que tiró fuera y Jovetic, que ya estaba sin oxígeno), el partido se cerró en el descuento con un gol agónico del jugador bandera del proyecto.
El Sevilla, esta vez en una versión esforzada y obrera, sigue su paseo por las nubes en la Liga antes del derbi y, pese a ciertos toques de guerracivilismo en la grada (reproches entre el Gol Norte y el resto del campo), se prepara para una noche de duendes el miércoles ante los zorros del Leicester.