¡47 partidos! para un jugador del Jédula por agredir a un árbitro

La Real Federación Andaluza de Fútbol (RFAF) ha informado de que su Comité de Competición Provincial de Cádiz ha sancionado con 47 partidos a un futbolista del Club Deportivo Jédula como autor de una agresión a un árbitro asistente durante un partido de Primera Andaluza Sénior que enfrentaba al mencionado equipo con el Recreativo Portuense el pasado domingo 12 de febrero en El Puerto de Santa María (Cádiz).

Dicha resolución se desglosa de la siguiente manera: 40 partidos de suspensión por la agresión, otros cinco partidos por producirse violentamente en otra acción que no llega a ser agresión y otros dos partidos más por desconsideración al mencionado asistente. Al Además, al Jédula se le descuenta un punto de la clasificación.

Hace poco menos de un mes fue el Comité de Competición Provincial de Sevilla quien impuso otra severa sanción a cinco integrantes del San Martín, de la la Cuarta División Andaluza Sénior, con 51 partidos de suspensión a cada uno por otra agresión a un árbitro. Se trataba de cuatro futbolistas y el entrenador del mencionado club, atendiendo al parte de 18 días de baja presentado por el árbitro producido a consecuencia de las lesiones por la agresión.

En el año 2013 otra agresión a un árbitro le supuso a tres jugadores sénior del Marchena Balompié la sanción de cuatro años alejados de los terrenos de juego por un parte de baja de 90 días ocasionado al colegiado.

La Real Federación Andaluza de Fútbol, además de estas férreas sanciones deportivas para los agresores, ha comenzado una campaña de ‘Fair Play’ bajo el eslogan “Violencia en positivo”, mediante la cual pretende resaltar las acciones positivas realizadas por jugadores, entrenadores, árbitros o clubes en pro del juego limpio y contra la violencia, por contraposición a la corriente actual de dar un protagonismo desmedido al hecho violento y al agresor de forma inmerecida. La Federación Andaluza de Fútbol no se anda con rodeos en su lucha por erradicar la lacra de las salvajes agresiones que sufren los árbitros en las categorías inferiores.