Parejo: "Desde la marcha de Nuno, el foco está sobre mí"
Parejo se confiesa en AS. Se libera. Habla de por qué quiso irse del equipo che y de su futuro. También analiza la actual situación del clubValencia - Levante: LaLiga Santander
¿Usted está contento con su rendimiento?
Yo sí. Estoy jugando, me siento un jugador importante, o así siento que me ven mis compañeros y el míster. Obviamente no estoy contento de los resultados colectivos, pero sí en lo individual. Soy feliz.
Pero su forma de jugar, a veces, desespera al aficionado.
Entiendo que la gente se pueda poner nerviosa por mi forma de jugar. Pero es lo que me ha traído hasta aquí. Soy el que soy por mi forma de jugar, por mi estilo.
¿Siente alivio cuando da un pase y le sale bien?
Si pensara en eso no jugaría.
Nadie le dice, su padre por ejemplo, “Dani, pásala a la primera o no intentes un caño ahí”.
Sí. Hay gente que me dice que debo interpretar el juego más y pensar la repercusión contra mí que puede tener un error. Pero es mi juego.
¿Qué es para Parejo jugar en Mestalla?
Mestalla es un campo increíble. Es un lujo jugar cada 15 días en un campo así como local. Pero, a su vez, toda la situación del club, los resultados, que están lejos de ser los mejores, todo eso lleva a que haya un ambiente raro. Quisiera que la gente entendiera, y los resultados están ahí, que cuando Mestalla aprieta es difícil para cualquier rival.
¿Se le observa con lupa?
Por mi forma de jugar o de ser, todo lo que yo hago se mira más o se fijan más.
¿Tiene respuesta a por qué esa relación, llamémosle mala, con un sector de la afición?
Hay muchos críticos, sí, pero también hay gente que admira mi forma de jugar. Voy por la calle y mucha gente me dice que soy el mejor del equipo, que esté tranquilo... Creo que hay más gente que me quiere.
¿Se le juzga más por temas extra deportivos que por lo que hace en el campo?
Puede ser. Desde que he llegado aquí se me ha mirado mucho en el campo pero también fuera. Sé que muchas veces mi comportamiento no ha sido el más adecuado, el más correcto, lo he reconocido y he pedido disculpas cuando las he tenido que pedir. Pero soy como soy y no hago mal a nadie, tenemos una edad en la que no puedo encerrarme en casa.
Pero un futbolista representa a un club las 24 horas del día, más siendo su capitán.
Lo sé. Más un club como el Valencia, que es de los mejores de Europa. Por eso he pedido disculpas cuando las he tenido que pedir.
¿Por qué aceptó ser de nuevo el capitán tras dejar de serlo con Neville?
Entonces llevábamos un año complicado. Desde que se fue Nuno, el foco está puesto en mí. Creo que la gente, al no tener un objetivo, se ha fijado en mí. Y mucha para lo malo y poco para lo bueno. Creí que dejar de ser capitán era lo mejor para mí, quitarme un poco esa responsabilidad y centrarme en jugar, en ayudar a mis compañeros. Hablé con Gary (Neville) y lo decidimos. Este año con Pako (Ayestaran), cuando empezó la temporada, me dijo que era un jugador importante para el equipo y para él. Me pidió que le hiciera el favor de coger el brazalete. Yo le dije que por supuesto, que sí, y más si me lo pedía así.
¿Ha cambiado Parejo o más lo que le rodea? Porque nadie puso en duda que el club debía renovarle a usted tras el primer año de Nuno.
Creo que Nuno hizo un trabajo increíble. Récord de puntos históricos del Valencia. La gente quizás se acostumbró a que el equipo tenía ese nivel, ese listón. Pero al año siguiente se fueron jugadores importantes para el míster y repetir un año así era difícil. En Valencia la gente es impaciente, quiere resultados ya. Cuando no se gana un partido se dramatiza de más. Eso el club debe cambiarlo. Cierto es que ahora no estamos bien, que deberíamos estar mucho mejor, pero tampoco estábamos para competir con Real Madrid o Barcelona.
¿Qué es lo peor que le han dicho por la calle?
Cuando vas solo haces que no oyes, pero cuando vas con tu mujer o con tu hijo, te duele. No se conforman con decirte que corras más; nunca me han pegado, evidentemente, pero las agresiones verbales cuando vas con tu familia duelen.
¿Por eso ha querido irse?
Sí. Mi familia es lo más importante y creo que no se merecen eso.
¿Qué pasó en verano?
Hubo un interés del Sevilla. Yo creía que mi ciclo había terminado, sobre todo por lo que te he comentado de mi familia. Desde el primer minuto le dije al club que yo quería salir, pero que mi idea era que fuera lo mejor para las dos partes. El club dijo que no y me quedé. Creo que he sido y soy un buen profesional; entreno todos los días, no me he perdido ningún entrenamiento, voy al máximo, creo que tengo una actitud ejemplar, para mí y para mis compañeros....
¿Pero se negó a entrenar?
No. Nunca. Yo allí lo que tuve fueron muchas conversaciones con Pako. Pako estaba cerrado en sus ideales, yo en los míos. Al final Pako dijo que yo, en ese estado, iba a ser negativo para el grupo y él decidió apartarme. Yo en ningún momento me negué. De hecho se lo dije: “míster, nunca me he negado a entrenar ni a jugar”. Cuando estaba apartado, cada ejercicio, cada indicación... la hacía, nunca me negué a hacer nada.
¿Se sintió entonces maltratado por el Club o entendía la postura de la entidad? García Pitarch hizo unas duras declaraciones hacia usted.
Todos nos equivocamos, yo el primero. Y creo que ese día Suso se equivocó. No debería haber dicho eso, menos en un momento en el que no tocaba, porque era la presentación de un compañero creo. Pero lo dijo. A mí después de seis años aquí, pues escuchar eso no me gustó. El trato con Suso ya no fue el mismo.
¿El Valencia le ha dicho por qué cantidad le vendería?
No. Yo les dije que quería salir, que era lo mejor para los dos y el club dijo que no.
En enero su nombre volvió a sonar: ¿pudo irse?
También pude y no quise.
¿No quiso?, ¿Por qué?
Entendía que no era lo mejor para el Valencia, que está en una situación delicada y mi obligación es sumar para sacarlo de donde está. Voro me dijo que me necesitaba y aquí estoy. Insisto, quiero que mi salida sea buena para todos y en enero no hubiera sido buena para el Valencia. Le hubiera fallado y es un club al que no le quiero fallar.
Y el próximo verano: ¿se irá?
En el fútbol nunca se sabe. Ahora estoy aquí, en una situación delicada, y no quiero pensar más allá del domingo. No le demos más vueltas porque en el fútbol cambia todo rápido
¿Tiene usted algo que hablar ahora con Layhoon Chan?
Si quiere saber sensaciones o como está el grupo, yo encantado de hablar con ella.
Hablemos del grupo, ¿saben de dónde están metidos?
Por supuesto. Incluso tras ganar a Espanyol y Villarreal el objetivo era el mismo. Ganamos 6 puntos y mucha gente miraba a Europa. Y no. Desgraciadamente el objetivo del Valencia es la salvación.
¿Qué le ha pasado al Valencia para estar en la jornada 22 a cuatro puntos del descenso?
Es un cúmulo de todo. La inestabilidad del club no ayuda. Por supuesto que los futbolistas tenemos una alta culpabilidad. Pero también nos afecta todo lo que pasa alrededor.
¿Cómo está el vestuario?
Bien, unido, consciente de la situación. De lo que se juega el Club y cada uno. El equipo entrena bien...
También con broncas...
Es que tienen que haberlas. No vamos bien y eso es síntoma de que hay competitividad y sentimiento.
¿Por momentos han preferido jugar lejos de Mestalla?
Sí. No te voy a engañar. Somos un grupo joven y jugar con un ambiente tan raro es difícil. Yo estoy ‘curao’ de espanto, la verdad. Llevo seis años aquí. Pero en el equipo sí se nota nerviosismo cuando se escucha el run-run.
¿El vestuario siente o acusa la falta de una estructura deportiva en el club?
En cualquier club, cuando las cosas van bien, es porque la estructura y la estabilidad es grande. El Atlético hace siete años no era el de ahora. Pero eso no se consigue de la noche a la mañana. El Atlético se ha ganado el estatus que tenía antes el Valencia. Y en eso debe fijarse el Valencia, en lo que era antes. Su modelo pasado es su espejo.
¿Sienten que hay proyecto en el Valencia de Meriton?
Cuando todos los años se cambian diez jugadores, dos entrenadores, un director deportivo... pues las cosas no salen, imposible. Eso no tiene ni pies ni cabeza. Es imposible así hacer un club fuerte, tener un modelo. Eso debe cambiar.
Usted lleva diez entrenadores: ¿cuál fue el adiós que menos entendió?
Yo sentí mucho el de Ernesto (Valverde), pero tenía una oferta de su casa, el Athletic. La que menos entendí fue la de Nuno. No se valoró la temporada que hizo.
¿Cómo vivió el equipo que en apenas una semana, y con el mercado en marcha, se fueran Prandelli y García Pitarch?
Prandelli dijo que el que no sintiera la camiseta que se fuera... y el que se fue es él. La gente le amaba por la calle por lo que dijo y luego al final los que nos hemos quedado hemos sido nosotros, los jugadores. Él podría haber afrontado la situación igual que la estamos afrontando nosotros. Pero se fue. Suso, igual. Sentía mucha presión, la situación no era buena... y decidió marcharse. No hay que decir mucho más. Nosotros seguimos aquí y somos los que debemos sacar al Valencia de dónde está.
¿Se sintió señalado con lo de ‘fuori’? Aquello fue a los pocos días de su vídeo en la discoteca.
No, la verdad. Lo que pasa es que siempre que el míster o el director deportivo dicen algo y no dicen nombres, parece que el señalado sea yo. Son cosas que ya asumo y no pierdo el tiempo porque ni me ayuda ni es verdad.
¿La figura de Voro cómo la ven?
Lo vemos como lo que es: nuestro entrenador. Voro nos ha dado estabilidad y sentido común. Ha dejado de inventar, porque en el fútbol está todo inventado. Hace cosas normales, con sentido común.
La última: ¿se ha borrado algún futbolista de algún partido? A usted, por ejemplo, se le acusó de ‘forzar’ una amarilla contra Las Palmas.
Es curioso. Se me juzga porque no tengo sangre, actitud; pero me sacan una tarjeta por protestar y es porque me he querido borrar. Nunca acierto. Si no protesto, tengo sangre de horchata; si lo hago, me borro. Yo me dedico a jugar, no a borrarme de los partidos.
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