De penalti en el 93', el Getafe gana al Cádiz en un partidazo
Sankaré resbaló y regaló el 1-0. Repuso su error empatando de cabeza. El zurdo Emi Buendía armó su derecha y clavó un golazo. Gol anulado a Ortuño en el 87'. Puro espectáculo.
El final fue un duelo de pistoleros entre los dos 9. Ortuño marcó en el87 pero el gol fue enulado por fuera de juego que no existía, y un minuto después Jorge Molina lo intentó en jugaa personal acabando el tiro desviado.
La consigna de Bordalás debió ser disparad aún sin munición, y a los veinte segundos de partido Paul Anton remataba desde más de 30 metros. Flojo y mal. Bordalás, sancionado, seguía el partido acristalado en una cabina de prensa. Así comprobó que su Getafe no entró bien al partido en casi ninguna de las facetas. Sin fijación en defensa, Ortuño remató de cabeza (5’) entre los dos centrales, Cata y Gorosito, mientras que Salvi, desatado en la banda derecha, obligaba a Emi a correr como más odia un delantero, hacia su propio campo para defender.
Estaba siendo mejor el Cádiz, estaba jugando más el Cádiz pero, piruetas del azar, el senegalés Sankaré resbaló cuando iba a interceptar un pase filtrado de Emi, el balón se coló entre sus piernas y, ya que se tiene mala suerte que lo sea del todo, el balón fue a caerle a Jorge Molina, el goleador del Getafe, y gol.
Se sobrepuso el Cádiz de la mejor forma posible: casi inmediatamente y gracias al autor de la desgracia, el propio Sankaré, quien remató de cabeza (sin oposición de Mora) un córner que había sido generado tras un lejano y magnífico lanzamiento de falta de Oliván
Fue cuando el partido entró en la dimensión real que de él se esperaba, un yo soy más que tú entre dos serios aspirantes al ascenso. Atacaba uno y respondía el otro y en una de esas idas y venidas Emi se hizo con el balón a trompicones entre José Mari y Salvi. Desde el vértice del área, el zurdo armó su pierna derecha y clavó el balón con efecto junto al palo izquierdo. Golazo.
El partido era del Getafe a los puntos y por goles. La sensación de superioridad ahora era local, pero el azar volvió a girar. Mora, que poco o nada había hecho en el empate del Cádiz, estuvo aún peor en el 58’, cuando sin oposición y en un pase sin ninguna complicación, falló y se la dio a Salvi, quien se digirió como un cohete a portería. Estaba solo a las puertas del 2-2, pero Alberto le aguantó de pie todo lo que pudo y logró abortar su remate. Bien sabe Mora que debe tener un detalle con su portero, que se lo debe.
Las diabluras de Alberto García por la banda izquierda fueron mermando al Getafe. En una de esas llegó el 2-2. Cata Díaz interceptó con la mano un centro al área gaditano. La falta bien pudo haber sido penalti por su proximidad al área (sólo el ojo de halcón aclararía las dudas), pero en cuanto a trascendencia al Cádiz le dio igual, porque Aketxe (acababa de saltar al campo) clavó el libre directo por la escuadra tras superar la barrera.
El final fue un duelo de pistoleros entre los dos 9. Ortuño marcó en el 87 pero el gol fue anulado por fuera de juego. Decisión milimétrica la del árbitro, que para unos será equivocada y para otros acertada. Un minuto después, Jorge Molina lo intentó en jugada personal, pero el remate salió desviado.
El partido había resultado un partidazo, pero todavía guardaba una sorpresa: la solución final. Un penalti de Cifuentes a Gorosito en el 93' transformado por Jorge Molina dio el triunfo al Getafe, que empata a puntos a 40 puntos con el Cádiz y recorta dos al Girona, el segundo de la tabla.