Vela e Illarramendi acuestan a la Real Sociedad en Champions
Los goles del mexicano y ex del Madrid sitúan al equipo de Eusebio cuarto, a falta de lo que haga el domingo el Atlético. El golazo de Hernán Pérez, estéril.
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Pretende abiertamente Quique Sánchez Flores ser "un creador de sueños", así se postuló el jueves, y a punto estuvo de hacerlos realidad con el golazo de Hernán Pérez. Pero otras dos dianas de bandera, de Vela e Illarramendi, se lo impiden de momento. Es la Real Sociedad la que, tras imponerse en Cornellà, sueña y además despierto, pues ocupará puestos de Champions al menos hasta que juegue el Atlético. El propio Eusebio 'retó' a su homólogo perico tras el partido: "Soñar es bonito porque alimenta emociones".
Contrarrestó Quique la ausencia del valioso Piatti y el poderío ofensivo de la Real Sociedad con Caicedo, transferible hace diez días. E igualaron a bajas los de Eusebio, sin pretenderlo, con la lesión a los siete minutos de Willian José, su ‘pichichi’, sustituido eso sí por un enrachado Juanmi.
Intentaron los pericos presionar alto la salida de balón de los ‘txuri-urdin’, quienes apenas titubearon, para en contrapartida lanzar su juego en largo. Casi les salió bien a los nueve minutos, con un empujón que pudo ser penalti de Íñigo Martínez a Hernán Pérez, protagonistas más adelante.
En concreto, el central realista lo fue por el formidable pase en profundidad que sirvió a Vela para que el mexicano, habituado a marcar en Cornellà (lleva ya cuatro goles en feudo perico), batiera en el mano a mano a Diego López. Más bello aún que ese pase de Íñigo fue el movimiento de Hernán (enmascarado por una fisura nasal) en el 1-1: falta botada rápidamente por Caicedo, recepción y pase de Reyes desde la mediapunta para el paraguayo, que en tres toques se deshizo de Yuri y del propio Íñigo para superar a Rulli en el primer palo. Golazo.
Más simple, aunque no menos estética, resultaría la acción del 1-2. Forzó Illarramendi una pérdida de David López, fue avanzando con el esférico y desde unos 30 metros de portería envió un obús teledirigido imposible para el meta perico.
El choque de ida y vuelta no estuvo exento de polémica hasta el final, con una retención de Íñigo en su área que no decretó Fernández Borbalán, cuando se había cumplido ya el tiempo reglamentario. Luchó el Espanyol por empatar, pero no obtuvo recompensa y, a diferencia de lo que le sucede a la Real, su sueño europeo deberá esperar.