Haro, bajo los mismos desafíos un año después
El mandatario accedió a la presidencia del Betis un año atrás. Los retos deportivos son la principal carencia por mejorar en el equipo verdiblanco.
Se cumple un año del día en que Ángel Haro tomó el relevo de Juan Carlos Ollero en la presidencia del Betis y son numerosos los retos que aún no agarró desde la cúpula de la entidad verdiblanco. "Asumimos toda la responsabilidad y si algo no funciona en el club, los últimos responsables somos nosotros", aseguró ese 4 de febrero de 2016 al tomar el mando. Desde entonces, el hilo deportivo ha sido su principal enemigo: ni el equipo encontró un año después la estabilidad deseada para pelear por metas mayores ni tampoco las sensaciones de mejorías anunciadas tras los cambios del pasado verano.
El mismo día de su llegada, Haro ratificó a técnico y director deportivo. Juan Merino y Eduardo Macià, sin embargo, fueron reemplazado meses más tarde para volver a reinventar otra planificación deportiva que diera la vuelta a los errores pasados. La llegada de Miguel Torrecilla el pasado verano fue su nueva apuesta para aspirar a un décimo puesto en Liga que parece aún algo lejos a mediados de campeonato. Más dudas existen sin embargo con la creación de un plantel que volvió a sostenerse en los pilares ya existentes en años precedentes.
Haro dio un paso hacia la remodelación de Gol Sur y en lo institucional trató de llegar a un pacto con Manuel Ruiz de Lopera y Luis Oliver sin encontrar un camino exitoso para él. Su figura queda de nuevo aliada a los designios deportivos del equipo: tras la permanencia del pasado curso, está obligado en el presente a entregar a su afición las promesas aún pendientes. Un año después, sus desafíos se renuevan.
