“Me habría gustado tener ficha para jugar la última jornada”
Serantes repasa la actualidad del Leganés y habla de la lesión de rodilla por la que dijo adiós a la temporada.
Jon Ander Serantes sonríe. Le ha costado. Pero sonríe. No es una mueca forzada. Es la de siempre, ésa que dibuja en su gesto amenazas de niño travieso. Dice que de chaval, cuando ingresó en Lezama, era un “balilla”. Aún hoy conserva la mirada del crío que sabes que, tarde o temprano, te la va armar. “Menudo personaje estaba hecho”, se carcajea sentado en el banquillo visitante de Butarque, donde tiene lugar la entrevista.
En ese mismo espacio hace 19 partidos, toda una vuelta, Diego Pablo Simeone se desesperó con sus paradas. El Atlético de Madrid estrenaba Butarque en Primera y el Leganés sobrevivió al subcampeón de Europa. Empate a cero. Serantes fue el héroe local de aquella feliz noche de verano, la segunda consecutiva en la que no encajaba ni un gol. Tras aquellas dos primeras jornadas imbatido, era ya el Zamora de Primera. Parecía el paraíso. Jon no sabía que medio campeonato más tarde estaría luchando por escapar del infierno.
Una fría noche de noviembre la suerte lo abofeteó. Una mala caída le destrozó la rodilla. Adiós a la temporada. Serantes temió que su renovación, apalabrada antes del percance, se convirtiera en humo. Afortunadamente el club respetó el pacto y poco después de operarse, amplió oficialmente su contrato hasta el 30 de junio de 2020. Era el inicio de su remontada. Hoy, ya sin muletas, entre sesiones de piscina, rehabilitación y fisioterapia, recibe a AS para confesar que no está triste. La convicción de que volverá a jugar en Primera y con el Lega le impide torcer el gesto. Por eso Jon Ander Serantes sonríe.
—¿Contento por la renovación?
—Sí. Contentísimo. Estaba casi cerrado antes de la lesión. Pero el fútbol no tiene memoria. Podía haberse fastidiado. Pero he tenido la suerte de caer en el Leganés, un club familiar. No me han dejado tirado. Me han apoyado y pese a la desgracia de la lesión, me han renovado.
—¿Temió no renovar?
—Sí, sí, sí… claro. Se me pasó por la cabeza. Hay tres o cuatro días que no sabía nada. No conocía el alcance de la lesión, yo estaba hecho polvo por la lesión. Y sí. Se me pasó por la cabeza.
—Se lesiona y el club, ¿qué le dijo?
—El club sólo quería tener un diagnóstico correcto. Estaban muy preocupados por mí. Me consideran alguien más de la familia. Esos días hablamos de muchas cosas que se ponían en duda por la lesión. Se plantearon varios escenarios. Pero me habían ofrecido tres años y me lo mantuvieron lo hablado.
—¿Recibió ofertas de otro equipo?
—(Silencio). Rumores había habido. Hasta el 1 de enero no podía hablar, ni recibir ofertas de nadie. Pero sí me habían dicho que lo estaba haciendo bien. Que podía ser un caramelo por acabar contrato. Estaban convencidos de poder recibir ofertas. Pero yo estaba agradecido al Lega. Tenía que venir algo fuera de lo normal, algo fuera de mis posibilidades para dejar el Lega. Estoy muy contento aquí. Lo tenía claro
—¿Cómo va la recuperación?
—Los plazos son los que son. Milagros no existen en estas lesiones. Pero voy bien. Ando, hago piscina, hago gimnasio…estoy genial. Mucho mejor de lo que pensaba. Casi, casi podría hacer vida normal si no jugase a fútbol (Risas).
—¿Le habría gustado quedarse con ficha por si hubiera llegado a tiempo a las últimas jornadas?
—Sí me hubiera gustado mucho. Imagina que en la última jornada estamos salvados y en la última jornada nos dicen que jueguen los menos habituales… De todas formas, me dijeron que sería complicado llegar al final de Liga. Así que de ese pequeño sueño sólo pido estar salvados en la última jornada y que no haya sustos.
—El riesgo es volver para jugar en Segunda.
—Bueno… eso sí, sería una putada. Todos desde dentro y desde fuera haremos todo para quedarnos en Primera. Todos debemos ser conscientes de lo que le ha costado al club. De que es una oportunidad única. Tanto para la entidad, que está creciendo a pasos agigantados, como a nivel individual, que esto es otro mundo.
—Su sueño será seguir en Primera…
—Hombre, yo es lo que quiero. Cuento con ello. Por eso quería renovar. Porque quería seguir en Primera con el Leganés. Seguiré si está en Segunda. Pero espero que no sea así.
—Herrerín no se despega de usted.
—Sí, es muy graciosete. Es muy majo. Se lleva bien con todos. Me llevo genial con él. Coincidí cuando era juvenil en el Barakaldo. Tenemos buena relación. No le he perdido la pista nunca. Me alegro de que le haya ido tan bien. Me alegro de que sea él quien haya venido a echarnos un cable después de mi lesión.
—Con Nereo Champagne, ¿qué tal?
—Bien. Me escribió antes de fichar. Me dijo que iba a estar muy comprometido con el club. Que sabía donde venía. Que iba a estar 100% con el equipo. Me pareció un detallazo que me escribiera, que me dijera que se preocupaba por mí. Antes del debut le deseé suerte.
—Hablando de compañeros, qué fea la salida de Brignoli.
—Sí, vino aquí pensando que iba a jugar en Liga. Luego no fue así. Él quería jugar. No ha contado con los minutos que quería y ha decidido marcharse. Yo tenía buena relación con él. De hecho, cené con él la noche antes de que se marchase a Italia. Me lo pidió él. Quería despedirse. Me da pena porque ha sido una salida algo fea. El fútbol es así. Si jugaba él, no jugaba yo y viceversa. Siempre nos respetamos.
—Oportunidades tuvo. Con su lesión jugó dos partidos, pero su nivel fue muy pobre.
—Yo andaba un poco tocado de la lesión. Tuve problemas físicos y pudo haber entrado antes. Ya estaba disgustado. Quizá cuando yo me lesioné estaba ya disgustado porque no tenía las oportunidades que podía tener. Al final la cabeza te pasa factura. Si no estás concentrado al 100% cada día, ya ves que la Primera es complicada. Como no estés preparado… Yo estoy convencido de que es un gran portero y que podía haberlo hecho muy bien. Ahí, ya te digo, no sé si tenía la decisión tomada y jugó quizá pensando ya en marcharse.
—La temporada para usted ha terminado. ¿Qué valoración hace de su experiencia en Primera más allá de la lesión?
—Me ha quedado la espina grande de haber jugado con molestias. He jugado partidos infiltrado y no he estado bien. Muchos partidos podía haber estado mejor. Podía haberme quedado con la satisfacción de haber dado más. Me gustaría haber estado mejor. La Liga empezó también algo mal…
—El revuelo que se montó a su alrededor quizá no le ayudó. Que si Zamora, que si el mejor del equipo…
—Es que lo de Zamora era un poco de risa. Por una parte me vino mal, lo que decía Asier, quizá muchas veces tiendo a relajarme o a hacer demasiadas bromas cuando las cosas van bien y cuando las cosas van mal soy demasiado crítico conmigo mismo… Por otra parte, ese arranque me dio a conocer y me demostró que podía jugar en Primera… de todas formas, mala sensación porque me habría gustado poder competir al 100%... pero ojalá haya otra oportunidad.