VENEZOLANOS EN EL EXTERIOR
Mikel Villanueva: El venezolano vasco que cambió beisbol por fútbol
Era un destacado jugador de beisbol hasta que, a los 19 años, cambió el bate por el balón. Internacional con Venezuela mientras jugaba con el Atlético Malagueño, en Tercera.
Mikel Villanueva es un caso atípico en el mundo del fútbol. Su nombre de raíces vascas (Mikel) viene por parte de su abuelo paterno, procedente de Bilbao. Sus dos hermanos se llaman Iñaki e Iker. Se dijo que el Athletic se interesó por él. “Escuché rumores, pero no hubo nada en concreto”. Hasta los 19 años fue un destacado jugador de béisbol, un deporte-rey en Venezuela. Era pitcher, lanzador y short stop (en campo corto, el jugador que ocupa la posición entre la segunda y la tercera base). Pero se pasó al fútbol. Como no pudo ser profesional en el deporte del bate decidió estudiar en la Universidad ingeniería industrial y se puso a jugar al fútbol. Curioso y atípico. Mikel si había jugado al fútbol en las calles como tantos y tantos niños. Pero jamás lo hizo de defensa sino que se ponía como delantero “palomero”.
Desde entonces su biografía se enriqueció a velocidad de crucero. En el béisbol no tuvo la oportunidad de jugar de forma profesional. “Un día, en la Universidad jugamos un partido contra el equipo de San Cristóbal, mi ciudad. El rival era el Deportivo Táchira y cuando terminamos me pidieron los papeles para jugar con ellos en el filial. Fue todo muy rápido. Después, unos meses más tarde, debutó con ellos en Primera y fichó por el Lara. Vertiginoso.
Pero ahí no acabó la aventura. Más bien al contrario. Juan Mata, a la sazón representante de Salomón Rondón y Juanpi Añor le habló de jugar en Málaga. “Pero vas a empezar en su filial, el Atlético Malagueño, en Tercera División”. Mikel iba a cruzar el charco, sí, pero pasaría de jugar en la primera de su país a la cuarta categoría en España. “Fue un cambio un poco difícil. En Venezuela jugaba en Primera, pero tomé la decisión de jugar en Tercera porque mi objetivo era pasar al primer equipo en seis meses. En este periodo ya me empezaron a subir a entrenar con el primer equipo y al final de la temporada compraron mis derechos al Tachira”.
La Tercera División en Andalucía en particular, es muy dura. Campos de tierra, veteranos resabiados que dan patatas hasta en el carné de identidad y viajes complicados a Melilla. Mikel no se arrugó. Su situación era paradójica. Al defensa central venezolano le llamaba la selección ‘vinotinto’ para jugar como lateral izquierdo.
Zurdo de pie, pero diestro de mano, admira a Dani Agger, el danés que destacó mucho en el Liverpool y a Sergio Ramos. Tras una temporada en Tercera, el club le comunicó que subiría al primer equipo. Pero no le dijeron que el plan inicial era cederle al Valladolid. La cosa parecía cruda. Era el quinto central y tenía por delante a Weligton, Koné Llorente y Miguel Torres.
Pero Villanueva perseveró. Trabajó porque sabía que su momento llegaría. Y llegó Bakary Koné, de rendimiento irregular y poco fiable había sido expulsado en la jornada anterior contra el Athletic. Así que, en la octava jornada, Juande Ramos decidió alinearle como titular en Mendizorroza en un día histórico porque coincidieron, por primera vez en la Liga española, tres venezolanos en un mismo equipo. El Málaga empató gracias a un golazo de Roberto Rosales. El quinto central pasó a ser inamovible y un pilar fuerte en el heroico 0-0 arrancado al Barcelona en el Camp Nou pese a jugar con dos jugadores menos por expulsión de Llorente y Juankar.
Como a muchos venezolanos, le duele la delicada situación por la que atraviesa su país y espera que pronto se llegue a una solución. “Las cosas están muy mal y cada día peor. Uno trata de ayudar a su gente allí y de seguir trabajando. Las cosas están complicadas y espero que todo mejore”. Mikel es un enamorado de su país y se siente orgulloso de que este póquer venezolano del Málaga pasee su nombre por todo el mundo.