Roberto Rosales, el admirador de Roberto Carlos que aburrió a Neymar
Es un lateral derecho moderno. Disciplinado defensor. Sube con frecuencia aunque solo ha marcado un gol en cuatro años. Forjado en las calles, admira a Roberto Carlos.
Roberto Rosales vino al Málaga procedente del Twente holandés. Anteriormente había jugado en el Gent belga. Sus orígenes humildes moldearon el recio y honesto carácter en una familia de deportistas natos. Su hermana Alieen y su prima Oriana son futbolistas. “Me crié en un barrio conocido como La Parroquia 23 de Enero. Jugaba en las calles con porterías de piedra y un balón chiquito. Con el deporte uno siempre intenta alejarse de los vicios que puede haber en estas zonas. El deporte y el estudio son una ayuda”, confesaba en una de las primeras entrevistas que concedió en AS. De no ser futbolista habría sido un estupendo profesor de educación física. “Aún estoy a tiempo”, suele decir.
Consiguió debutar en la primera venezolana con el Caracas. Sus características de estupendo lateral derecho empezaron a llamar la atención de varios clubes europeos, el primero de ellos el Anderlecht de Bruselas. Pero no hubo acuerdo. El Gent estuvo más ágil. Dos años después se convirtió en el primer venezolano que jugaba en Holanda. El Twente pagó dos millones de euros por su compra. En Enschede, que es como se llama esta ciudad, forjó una gran amistad con el jefe de prensa del club, el chileno Pedro Luis Salazar, muchos años viviendo en Holanda y que falleció de cáncer tras pasar algunos de sus últimos momentos con Manuel Pellegrini en su residencia de Marbella. Una pérdida que sintió mucho.
Tras terminar su contrato con el Twente fichó por el Málaga donde está ofreciendo un gran rendimiento. La temporada pasada compitió con Cristiano Ronaldo por el honorífico galardón de “futbolista total” porque fueron los únicos que encararon el final de aquel ejercicio liguero con posibilidades de computar todos sus minutos. Rosales se perdió su primer partido por acumulación de amonestaciones. En el momento de redactar estas líneas es el único de la plantilla malaguista que ha disputado todos los minutos en esta Liga 2016-17.
A efectos mediáticos fue descubierto el 21 de febrero de 2015. Ese día el Málaga enmudeció el Camp Nou. Ganó al Barcelona por 0-1 con gol de Juanmi (hoy jugador de la Real Sociedad) y el venezolano hizo un partido descomunal. Subió, bajó, atacó, defendió y aburrió a Neymar. El genio brasileño lo intentó todo. Bicicletas, provocaciones, cañitos, piscianos… ¡Nada! Rosales fue su pesadilla. El Barça, en aquellos momentos, buscaba un sustituto para Dani Alves y la prensa catalana empezó a lanzar que Rosales podía ser el elegido. “Escuché y leí cosas al respecto, pero nadie se dirigió a mí”, comentó el defensor. El Málaga nunca tuvo una oferta en firme del cuadro blaugrana. Tampoco del Sevilla, otro equipo que sonó. Las esperó. Aún las espera.
Nuestro protagonista dice que los laterales derechos que más le gustaban eran precisamente Dani Alves (hoy en la Juventus) y Dani Carvajal, pero su referente siempre fue Roberto Carlos. “Y eso que es zurdo. Siempre me he fijado en él y su manera de jugar a la hora de desarrollar mi juego”, comentó. Pese a intentarlo, Rosales no es un defensa goleador. En los últimos cuatro años solo ha conseguido un tanto, eso sí, un golazo. Fue en Mendizorroza contra el Alavés en la octava jornada. Trallazo maravilloso desde fuera del área.
Las cosas con la “vinotinto” (selección de Venezuela) le fueron (le van) regular. Rosales fue uno de los 15 jugadores que firmó la famosa carta anunciando que dejarían el equipo nacional por disconformidad con los dirigentes de su Federación y decepcionados con el entonces seleccionador, Noel Sanvicente que terminó abandonando el cargo. Paradójicamente Rafael Dudamel, sustituto del anterior no le pone como titular. Prefiere a Alexander González, del Huesca. Pero esto no desanima a Roberto Rosales, “Mister Regularidad”.