Granada y Osasuna firman un reparto insuficiente de puntos
Los dos colistas de Primera empatan con goles de sus arietes y se quedan a seis y siete puntos de la permanencia respectivamente. Uche y Ponce fueron expulsados.
La batalla por la supervivencia en Primera acabó sin vencedor y con dos derrotados. Granada y Osasuna se repartieron méritos, un sinfín de faltas, un carrusel de tarjetas que acabó con dos expulsados en el bando local (Uche y Ponce) y también los puntos. Uno para cada uno. Un botín del todo insuficiente que les deja un pasito más cerca del abismo. Hay motivos de sobra para el pesimismo en uno y otro bando. El Valencia, primer equipo en zona de salvación, se aleja a seis y siete puntos respectivamente. Un mundo.
Les faltan muchas cosas a Granada y Osasuna. Pero no voluntad y corazón. Osasuna tuvo más oficio y las ideas más claras de entrada. Éste no era un partido más. Era una guerra por sobrevivir. Los rojillos supieron leerlo mucho mejor y jugaron una primera parte de pierna fuerte, buscando las transicioines rápidas y atacando una y otra vez a los poco contundentes centrales locales (Vezo firmó otro partido para olvidar). Berenguer ganó el duelo en el costado a Tabanou y una de sus internadas acabó en el gol de Oriol Riera, que aprovechó a la perfección el espacio que dejaron en el área Vezo y Lombán para batir a Ochoa de fuerte derechazo.
Replicó con voluntad el Granada. Pero no acompañó su intención con fútbol ni ocasiones. Un tiro lejano de Tabanou y un tímido remate de Vezo fue lo único que supo producir el equipo rojiblanco en la primera parte. El otro gran susto del primer acto lo dio de nuevo Oriol Riera. Su cabezazo perfecto a la escuadra de Ochoa no subió al marcador porque el asistente levantó la bandera en una acción milimétrica (el pie de Uche habilitaba al '9' rojillo).
El Granada, consciente de que le iba media vida en el partido, tocó a rebato en el segundo tiempo. Los rojiblancos se vieron con un pie en el infierno y plantearon una segunda parte sobre el precicipio. A la desesperada. Osasuna se arrugó y el Granada encontró las ocasiones. Boga y Kravets perdonaron ante Mario, que respondió con varias paradas claves a la confianza de Vasiljevic. Alcaraz dio entrada a Ponce y Bueno y logró agitar su ataque, especialmente a través del argentino, que fue quien originó la jugada del empate local. Encontró un balón en el área, se generó el espacio suficiente para disparar al poste, el rechace lo cazó Bueno y Mario volvió a responder. Pero le faltaron manos para tapar el tercer remate de Kravets, que hizo el 1-1 unos milímetros en fuera de juego.
La voracidad del Granada echó atrás a Osasuna, que sólo encontró aire en la chiquillada de Uche. El nigeriano empañó su buen trabajo con una patada absurda sin balón a Sergio León que le costó la expulsión. Los navarros volvieron a estirarse con uno más y Riviére perdonó ante Ochoa tras un gran pase de espuela de Sergio León. El '7' tuvo el partido en sus botas en el descuento. Pero su remate se marchó arriba. Los minutos finales también dieron de sí para que Bueno y Ponce pidieran penalti en el área de Mario y para que el argentino se fuese a la ducha antes de tiempo por doble amarilla.
El Granada-Osasuna fue una guerra huérfana de héroes que dejó demasiadas víctimas. Queda media Liga por delante y ambos equipos ya miran a la cara al descenso. Estadísticas en mano, necesitan una segunda vuelta de Europa League y un buen puñado de refuerzos. Vamos, casi un milagro.