Dani Güiza, el arquero de inagotables flechas
Los dos goles anotados al Elche demuestran que al jerezano todavía le queda cuerda para rato. El Cádiz se mete de lleno en la lucha por el ascenso a Primera.
Ya demostró la pasada temporada que nunca se fue, que no colgó el arco. Desde su llegada a Cádiz tras su periplo por Paraguay, el delantero centro Dani Güiza –de cuya trayectoria poco hay que explicar a estas alturas-, peleó contra los insultos y las dudas con trabajo y sacrificio. Fueron sus flechas las que ayudaron al equipo amarillo a plantarse en el Rico Pérez el 26 de junio con posibilidades de salir de la categoría de bronce.
Fue aquella tarde en Alicante cuando el jerezano, aprovechándose de un resbalón de un defensa, se plantaba ante el portero del Hércules para sentenciar la eliminatoria (sin olvidar el gol de falta de Carlos Calvo en Carranza) y devolver al Cádiz al fútbol profesional. Un ascenso que para él tendría repercusión, ya que tendría que trabajar mucho más duro para hacerse un hueco en el equipo para “combatir” las incorporaciones de Alfredo Ortuño y Gorka Santamaría.
Y pese a todo, a sus 36 años ha logrado acumular 275 minutos, jugando dos partidos como titular y dando dos asistencias. Su primera aparición estelar en la categoría de plata –esta temporada-, se produjo en la duodécima jornada, en el partido celebrado en el Anxo Carro. Un magnífico taconazo en el área se convertía en la asistencia perfecta para que Álvaro García hiciera el cero a uno, completamente libre de marca, y diera la victoria al equipo cadista.
Siguió trabajando para no dejar de pisar el césped, aunque su empeño no era otro que encontrarse con el gol. Sí se encontró con su amor futbolístico en la primera ronda de la Copa del Rey, ante el Levante, pero le faltaba por encontrarse con él en LaLiga 1|2|3. Para ello, además de sufrir, tuvo que esperar hasta visitar el Martínez Valero. Tuvo que esperar a regresar a la provincia de Alicante.
Con el empate a uno en el luminoso, Güiza saltaba al terreno de juego en sustitución de Nico Hidalgo. Después de haber empatado y jugar con uno más, los amarillos buscaron dar la vuelta al marcador ante un Elche cuyos contraataques eran más peligrosos según corrían los minutos. En el 81, el jerezano recibía un perfecto pase al hueco de Abdullah desde el centro del campo para plantarse ante Juan Carlos y batirle con una vaselina. Aunque Armando empató de cabeza en el 87, Daniel se empeñó en arrancar el año con victoria y se encargó de materializar el mano a mano con el portero un minuto después, haciendo valer la buena asistencia de Álvaro García y poner el dos a tres.
Golpe sobre la mesa de un futbolista acostumbrado a remar contra viento y marea. Un arquero que no tema disparar flechas en la dirección contraria al levante o al poniente. Así conquistó al fútbol, de la misma manera que se hizo con el corazón del cadismo. Trabajo y sacrificio. Puntería y gol.
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