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VILLARREAL 1 - BARCELONA 1

Messi rescata a un Barça gafado

El Barça domina el juego pero falla en las áreas. El Villarreal se adelantó mediante Sansone y a punto estuvo de descarrilar al Barça de la Liga, pero Leo empató en el 89'.

Messi rescata a un Barça gafado
JOSE JORDANAFP

Un golazo de falta de Leo Messi salvó los muebles de un Barça gafado en el nuevo estadio de La Cerámica logrando un empate a uno en el minuto 89 que le deja con la Liga muy complicada, pero con esperanzas, porque de haber perdido el partido, las sensaciones hubieran sido de absoluta frustración. Ahora, por lo menos, el Barça puede aferrarse a ese gol del que siempre acude al rescate. Mientras haya Messi, habrá opciones.

Hasta el tanto de Messi, al Barcelona le había salido mal todo ante el Villarreal y eso, que en esta ocasión los de Luis Enrique salieron con el firme propósito desde un principio de provocar que pasaran cosas en el césped, dominando el juego del centro del campo y manteniendo un alto ritmo de juego. Pero la falta de dominio en la áreas les pasó factura.

El Villarreal quiso jugarle de tú a tú al Barcelona, pero se vio superado por el fútbol barcelonista. En cambio, los de Escribà fueron mucho mejores en las áreas. En la propia, donde sus centrales fueron el rompeolas ante el que se estrellaron una y otra vez los ataques del conjunto catalán, y en la ajena, donde Sansone convirtió en gol la única oportunidad realmente clara de que dispusieron los locales. El Barcelona ponía el relato de la novela, pero era el Villarreal el que se encargaba de decidir como terminaba el cuento.

Lo probó de todas maneras el Barcelona, desde lejos, en combinación, desde el córner y si no llegó a probarlo de penalti fue porque de nuevo el colegiado del partido ignoró el que sería el penalti más claro del año si no fuera porque ese galardón está concedido desde hace tres días al que se pasó por alto en San Mamés de Etxeita a Neymar. Esta vez, fue una parada con la mano de Bruno Soriano a un disparo de Messi desde el suelo. Soriano, minutos después volvería a tocar la pelota con la mano en el área en una jugada que no fue señalada como tampoco lo fue una similar de Mascherano. Barra libre de manos en La Cerámica.

Todos los intentos del Barcelona por concretar en gol su dominio fueron en vano. Entre la excelente defensa del Villarreal, estupenda y solidaria en las ayudas, y la tendencia de los delanteros barcelonistas al barroquismo cuando se acercaban al área, Asenjo pudo mantener su portería a cero. Cuando el Barça se decidía a chutar desde lejos, la cosa tampoco suponía un peligro inminente.

En cambio, el Villarreal sacó petróleo de una pérdida de balón de Digne en ataque para montar mediante Pato, excelente todo el partido, un contragolpe que Sansone culminó ante Ter Stegen. Con el partido cuesta arriba y la Liga yéndose por el sumidero a principios de enero, el Barça únicamente podía encomendarse a Messi. Y Leo, no falló. Lo que este equipo sería sin el argentino da miedo pensarlo, pero mientras esté, es como el séptimo de caballería.

Provocó el penalti de Soriano que el árbitro ignoró, a continuación, disparó al poste en la jugada siguiente, empezó a aparecer por el campo con esa mirada que parece indicar “este partido no se pierde” y finalmente, en el minuto 89 forzó una falta en la frontal del área. Puso la pelota, esperó a que se colocara la barrera y colocó un misil en la misma escuadra de Asenjo. Volvía a aparecer el salvador de un Barça, que esta vez, mereció mejor suerte.