El Rayo Femenino acaba 2016 mirando hacia arriba

El Rayo Femenino acaba 2016 mirando hacia arriba. Después de un arranque complicado, en el que el equipo llegó a ser colista durante cuatro jornadas, el equipo de Miguel Ángel Quejigo inició un progresivo ascenso hasta situarse séptimo. El regreso de la delantera Natalia Pablos, tras acabar contrato con el Arsenal Ladies, ha coincidido con el despegue del equipo, que ha sumado seis victorias en los ocho últimos partidos.

Quejigo, un técnico joven (28 años), pero ligado toda la vida al Rayo, ha reconducido una situación hasta ahora desconocida para un equipo que llegó a ser el referente del fútbol femenino español y que ganó tres ligas seguidas entre 2009 y 2011. Venía de ser el segundo entrenador del filial masculino y reconoce que tomar las riendas del equipo femenino fue un desafío: “Fue un doble reto pasar al fútbol femenino después de tres años en el masculino y convertirme en la cabeza visible del banquillo”. El técnico calificó la vuelta de Natalia como decisiva en el cambio de rumbo: “En verano el proyecto era una incógnita. Habíamos perdido ocho de las más veteranas y el equipo se había quedado cojo”.

El descenso del primer equipo masculino trajo más austeridad económica y el Rayo tuvo que buscar el talento entre las jugadoras más jóvenes. “Sólo nos podíamos permitir reforzarnos con las jugadoras más talentosas de Segunda División”, desvela Quejigo. Así llegaron las internacionales Sub-20 Sheila García y Laura Domínguez, esta última presente en el Mundial Sub-20 de Papúa.

Laura Torvisco, coordinadora del primer equipo y el filial femenino, reconoce que tener paciencia ha sido clave: “En las cinco primeras jornadas nos enfrentamos a los equipos más fuertes. Había que tener paciencia porque se estaba trabajando bien. Los resultados han llegado cuando nos hemos enfrentado a equipos de nuestra liga. Esto nos ha dado estabilidad y tener a una líder como Natalia ha cargado de confianza y optimismo al equipo”.