Collar, el Niño del ala infernal
Una de las grandes leyendas vivas del Atlético: 16 temporadas, 338 partidos, 71 goles, una Liga, una Recopa y tres Copas de España.
Atlético Madrid-Guijuelo en directo
El primer Niño del Atlético no fue Fernando Torres. El delantero de Fuenlabrada heredó ese sobrenombre que ya era famoso en el club colchonero por un extremo izquierdo que recorrió con éxito la banda del Metropolitano. El Niño del Atlético, el primero, fue Enrique Collar.
Nacido en la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache el 2 de noviembre de 1934, comenzó a jugar al fútbol en el Imperial C.F., pero fue jugando en el barrio madrileño de Argüelles, en las filas de la Peña Norit, donde los ojeadores del Atlético se percataron del enorme talento que estaba creciendo y también el que algunos hayan puesto en duda su total origen colchonero. “Nunca fui madridista, algunos piensan que sí, pero no es cierto. Lo que pasa es que de la Peña Norit salieron muchos jugadores que después fueron a formar parte del Real Madrid, pero no fue mi caso. Yo sólo probé en el Atlético. Me vio Gabilondo y le llamó la atención cómo lanzaba los córners. De hecho, me hizo repetir uno varias veces. El domingo siguiente ya estaba jugando con los juveniles del Atlético”, explica con detalle Collar, dejando claros así sus orígenes.
Lo cierto es que el 14 de septiembre de 1952, junto a su hermano Antonio, Enrique Collar firma su primer contrato profesional con el Atlético. Percibiría 15.000 pesetas. A renglón seguido, para completar su formación, fue cedido al Cádiz, que por entonces militaba en Tercera División. Con los amarillos cuajó una sensacional temporada y colaboró decisivamente para que el equipo ascendiera a Segunda. Tras aquello, Collar volvió al Atlético para jugar cinco partidos y ser de nuevo cedido, esta vez al Murcia, en Segunda.
La alternativa.
La temporada 1954-55, con Jacinto Quincoces como técnico, el equipo no hace una buena primera vuelta y termina en puestos de descenso. El Atlético buscaba un revulsivo y se percató de la excepcional temporada que Collar estaba realizando en el Murcia, líder por entonces de Segunda. El joven debutó ante el Valencia y dejó claro al técnico que podía ser lo que necesitaba. Así Collar completará una delantera que aquella temporada terminó conformándose junto a Miguel, Molina, Escudero y Agustín. La grada, decaída, conectó rápidamente con aquel joven eléctrico y alegre.
Fue una brisa de aire fresco que volvía a dar esperanzas a la deprimida hinchada del Metropolitano. Casi 50 años después esa misma sensación recorrió el Calderón cuando otro niño, Fernando Torres, hizo su acto de aparición ante la parroquia colchonera.
Fue la rampa de lanzamiento de Enrique Collar en el Atlético, los primeros pasos de un jugador que ha acabado siendo una leyenda colchonera. En junio, Collar debutaba con la Selección en un partido ante Suiza y marcaba un gol. Al año siguiente, Enrique Collar comparte vestuario con su hermano Antonio. El primero se convierte ya en indiscutible bajo las órdenes de Antonio Barrios. Y nada más empezar la Liga, Collar ya dejará estampado su nombre en los libros de historia del club. Marca el último de los goles en el 9-0 del Atlético sobre el Hércules, lo que todavía es la mayor victoria liguera del club colchonero en su historia. Esa temporada comenzó a fraguarse la histórica sociedad entre Collar y Peiró, la que sería bautizada como el ‘Ala Infernal’ del Atlético. La banda izquierda colchonera tenía nombres y apellidos, dos jugadores verticales que se compenetraban a la perfección y que eran la pesadilla de las defensas rivales. Collar jugó 36 partidos de Liga, marcó nueve goles y, además, jugó su primera final de Copa, cayendo ante el Athletic. Quinto en la Liga de 1957 y ya segundo en la de 1958, Collar iba creciendo en un Atlético que se preparaba para una gran década de los 60. En la temporada 1958-59, el club colchonero jugó por primera vez la Copa de Europa. El Madrid había sido campeón en la edición anterior y la UEFA ampliaba la participación española dando entrada al subcampeón de Liga. Collar formó en el debut colchonero en la máxima competición europea ante el Drumcondra y el extremo también dejó su sello con un gol. El Atlético ganó 8-0. Tras los irlandeses, el club colchonero apeó al CDNA de Sofía, al Schalke en cuartos y se encontró con el Madrid en semifinales. En la ida el Atlético perdió por 2-1, tras hacer un gran partido, pero Vavá falló un penalti. En la vuelta, Collar marca e iguala la eliminatoria, que tuvo que decidirse finalmente en un partido de desempate que ganaría el Madrid, a la postre campeón de Europa de nuevo. Fue el preludio del primer gran éxito de Collar: la Copa de 1960. El Atlético se vengó del Madrid y la eliminación en la Copa de Europa. Fue la primera victoria rojiblanca en una final de Copa sobre el Madrid en campo madridista. Y allí también marcó Collar. El Atlético remontó el tanto inicial de Puskas y comenzó una leyenda en campo madridista. Jones y Peiró marcaron los otros dos tantos rojiblancos.
Comenzaba una década brillante para el club colchonero, para muchos el mejor Atlético de la historia. “Sinceramente no lo sé. Lo que está claro es que ese Atlético tenía mucha fuerza y mucho nombre en el fútbol europeo. Era un equipo muy respetado y con muchos jugadores de la cantera. Ése es el espíritu que debe imperar siempre en el Atlético”, narra Collar.
En 1961 se vuelve a repetir éxito. En Liga, el Atlético terminó segundo tras el Real Madrid, pero en la Copa volvió a cobrarse la pieza. Se repetía escenario, rival y resultado, 1-3. Puskas había adelantado al Madrid, pero Peiró por dos veces y Mendonça daban su segunda Copa al Atlético.
Primer título europeo.
La UEFA había creado la Recopa en 1960, una competición para los ganadores de las respectivas copas de cada país pertenecientes al organismo. Un despiste de la Federación Española impidió al Atlético ser inscrito en la primera edición, pero no faltó a la segunda, para, de nuevo, hacer historia. Collar marcó el primer gol del Atlético en la competición. Fue el 13 de septiembre de 1961 ante el Sedán. Tras los franceses, era el turno del Leicester inglés de Gordon Banks. El portero fue una pesadilla para los rojiblancos en el partido de vuelta, tras el empate de la ida. Banks le detuvo, primero, un penalti a Callejo. Mediado el partido llegó una nueva oportunidad y esta vez fue Collar el que sí consiguió batir a Banks. Después, Jones cazaría a los ingleses en una contra que sentenció el partido. El Atlético también eliminó al Werder Bremen de Alemania Federal y se encontró con el Motor Jena de la Democrática, al que los colchoneros dejaron fuera claramente. Y así accedía el Atlético a su primera final europea en su primera participación. Y Collar estaba entre los elegidos para jugarla.
El 10 de mayo de 1962, el Atlético se enfrentaba en la final, en el Hampden Park de Glasgow, a la Fiorentina de los Ferretti, Sarti, Orzan, Milani… A los 11 minutos Peiró materializa la superioridad española adelantando a los rojiblancos. El Atlético controla el partido, pero el sueco Hamrin, con mucha fortuna, consigue igualar el partido. El partido sigue así hasta la prórroga con un Sarti, el meta fiorentino, agigantado ante los remates rojiblancos. El partido concluye en empate y queda todo pendiente para el desempate. Con un problema. El Mundial de Chile está cerca de comenzar y no hay fechas. La solución es pasar el partido de desempate al mes de septiembre. Cuatro meses después, Collar y el Atlético volvieron a hacer historia. Se coronaron campeones de la Recopa al vencer, esta vez sí, a la Fiorentina en Stuttgart. Los colchoneros fueron un vendaval y liquidaron por 3-0 a los italianos, con goles de Jones, Mendonça y Peiró. Precisamente las combinaciones en la zona izquierda entre Collar y Peiró, el ‘Ala Infernal’, fueron un castigo constante para una Fiorentina a la que ni el catenaccio pudo salvar esta vez. Era el primer título europeo del Atlético. 48 años tardó después el Atlético en conseguir el segundo, la Europa League de 2010 en Bucarest. “Ganar esa Recopa supuso un esfuerzo muy grande. Fueron dos partidos muy duros, separados por mucho tiempo, con lo que se alargó la tensión y el desgaste. Para mí es difícil describir lo que supuso jugar aquella final. Lo que sí puedo relatar es que me queda una satisfacción enorme tras haber podido traerla a las vitrinas del Atlético. Entonces éramos un equipo muy competitivo que luchábamos por todos los títulos”, explica Collar. El de San Juan de Aznalfarache era además el capitán del equipo, el que recogió la Copa. “Eso ya fue el no va más. Ser capitán tiene sus cosas buenas y otras no tan buenas, pero en la victoria eres el primero que te encuentras con el título. Éramos un equipo ganador y cuando vences, quieres seguir haciéndolo, le coges el gusto al éxito. Por eso el equipo de aquellos años fue tan especial”, explica emocionado. El recibimiento de aquel equipo en Barajas después de ganar la Recopa fue una de las imágenes históricas del Atlético.
Fue un gran comienzo para la temporada 1962-63. El Atlético siguió escalando y tras acabar tercero en la Liga la temporada anterior, en la citada consiguió subir un peldaño más. Y en Europa volvió a alcanzar la final de la Recopa. Y eso que Collar se había quedado sin su inseparable compañero. Peiró abandonó el Atlético, que lo vendía al Torino por 25 millones. Fue un traspaso que aliviaba el mal momento que vivía la tesorería. Se rompía el ‘Ala Infernal’ del Atlético, pese a que los aficionados habían, incluso, intentado impedir el traspaso con una concentración frente a las oficinas del club, mientras la Junta estaba reunida para tomar una decisión. “Jugar con Peiró al lado fue una experiencia extraordinaria, era un jugador omnipresente en ataque: para que la gente se haga una idea, se le podría comparar, en cierta medida, a lo que ha sido Forlán en el Atlético”, explica Collar.
Durante aquella temporada, el Niño tuvo que agrandarse, llegó a disputar 40 partidos y estuvo a un paso de levantar su segunda Recopa. El Tottenham de Jimmy Graves se lo impidió en la final. La campaña siguiente vio la llegada de Vicente Calderón como salvador ante la crisis económica que asolaba a la entidad. El presidente tomará posesión de su cargo en abril de 1964, tras unos meses de crisis interna en la entidad.
Además, él, Chuzo y Mendonça exigen a la directiva que se cumpla la cláusula escrita en sus contratos: la equiparación en sueldos al que más gana en la plantilla, por aquel entonces, Ramiro. En noviembre se llega a un acuerdo y, mientras, Collar y el equipo han enderezado un rumbo deportivo que había comenzado negrísimo, mirando incluso a los puestos de descenso. La temporada está a punto de salvarse con la Copa. El Atlético accede a la final, pero el Zaragoza de los ‘Cinco Magníficos’ se lo impidió.
La temporada 1964-65 volvió a ser completa, deportivamente hablando, pero de sabor agridulce para Collar. El extremo cayó lesionado tras una salvaje entrada en Zaragoza y se perdió gran parte de la temporada. Pese a ello, el Atlético mantuvo un pulso con el Madrid hasta el final, pero la Liga acabó del lado blanco. En la Copa de Ferias, la Juventus tuvo que apelar a un partido de desempate y a un arbitraje parcialísimo para eliminar al Atlético en semifinales. Sin embargo, los rojiblancos no fallaron en la final de Copa. Esta vez los colchoneros se vengaron del Zaragoza y Collar pudo levantar el trofeo de 1965 gracias al gol del hondureño Cardona. Fue el preámbulo de otro gran año. El Atlético concluyó su participación tanto en la Copa como en la Recopa en cuartos de final, pero en la Liga no se perdería esta vez el pulso con el Madrid. Los colchoneros realizan una espectacular recta final y, con seis triunfos seguidos, se sitúan líderes a falta de un partido. Será la tarde mítica de Sarriá. El Atlético se enfrenta al Espanyol y los goles de Ufarte y Griffa le dan el quinto título de Liga al Atlético, confirmando a esa generación como una de las más brillantes de la historia del club.
Collar nunca olvidará aquel recibimiento triunfal al equipo en el regreso a la estación de Atocha: “La afición nos hizo sentir en la cima del mundo”.
Esa temporada, el Atlético despedía al Metropolitano para pasar a jugar en el Manzanares. Collar formó en el primer once rojiblanco en el estadio colchonero. Fue el dos de octubre de 1966: 1-1 con el Valencia. Luis marcó el primer gol en la historia del Calderón. Sin títulos en esa temporada y tampoco en la siguiente, la temporada 1967-68 Collar comienza a apurar su carrera en el Atlético.
Frío final en el club.
En la campaña 1968-69 sigue siendo titular de un equipo en el que ya destacan hombres como Luis, Irureta o Gárate, y al finalizar la temporada el Atlético le da la baja. Collar dejaba el Atlético tras disputar 338 partidos de Liga con un total de 71 goles, habiendo ganado una Liga, una Recopa y tres Copas. El Atlético comunicó que Collar, su capitán, no seguía en una breve nota hecha pública el día 17 de junio de 1969. Quizá un muy frío final para 16 temporadas en la entidad. Collar decidió entonces enrolarse en el Valencia, pero apenas cumplió una temporada allí, jugando únicamente 15 partidos de Liga y marcando sólo un gol. Con la Selección, Collar llegó a disputar 16 partidos, haciendo cuatro goles. Disputó con España el Mundial de Chile en 1962, en el que jugó un partido, frente a Brasil.