Catalán saca las cuentas, pero se evidencia la ruptura del Levante
El presidente recibió reproches por la gestión deportiva y sobre todo por la supuesta vinculación del Consejo y la Fundación y el turbio proceso llevado a cabo para refundar el Patronato.
Quico Catalán y su Consejo de Administración sacaron adelante las cuentas y los presupuestos de la nueva temporada en una convulsa Junta de Accionistas en la que quedó a las claras el enfrentamiento con una parte del levantinismo que demanda, sobre todo, la “democratización del club”, que todavía colea desde el pasado verano de 2015 cuando el intento de compra fallida por el inversor americano Robert Sarver que finalmente acabó tumbando la propia Fundación del club como máximo accionista de la entidad.
Tras unas primera exposición y balance del pasado ejercicio en el que el presidente pidió “perdón” por el descenso de la pasada temporada, comenzaron los reproches más que hacia su gestión al frente del club, que prácticamente fue aprobada y aplaudida por unanimidad, por los últimos acontecimientos que han tenido que ver con el proceso de refundación del Patronato y la elección de los nuevos patronos. En primer lugar, Carlos Ayats como representante del FROG (Foro de responsabilidad y opinión granota) que representa más de 2.500 acciones achacó al Consejo y en particular a la figura de Catalán de que “además de ustedes también hay otros levantinistas. Se ha creado una historia de buenos y malos que no es real. Nosotros no vamos contra el Consejo. Pero estamos para decir las cosas buenas y las malas. Votaremos a favor de las cuentas porque nos parecen bien. Pero consideramos que hay gente en el Consejo de Administración que se cree que el club es suyo y no es así. No se pueden quedar con el Levante sin poner un duro y encima vetar la entrada de una oferta como la de un levantinista de prestigio como es el expresidente José Luis López”. A lo que el presidente respondió con rotundidad: “El club no es nuestro. Nunca lo ha sido. Siempre será de los levantinistas” y “el Consejo nunca ha condicionado ninguna decisión de la Fundación”.
Los dos primeros puntos del orden del día fueron aprobados por una mayoría aplastante de un 99 y 98 por ciento, respectivamente. Las cuentas del pasado ejercicio y los presupuestos del presente curso. El Consejo ahí sacó músculo, con un nuevo superávit de más de dos millones de euros a pesar del descenso de categoría y pronosticando para la nueva temporada algo parecido, con un presupuesto para la plantilla de alrededor de 12’5 millones, “algo atípico y excepcional por el ingreso de ayuda por el descenso”, como reconoció el propio Catalán. Al hilo de los presupuestos, salieron más voces discordantes como la del exjugador levantinista Vicente Latorre quien exigió “responsabilidad por el descenso: ¿Cuánto sería el presupuesto por estar en Primera?; y más humildad a la hora de trabajar”. Además, el exfutbolista cuestionó que “aquí se saca mucho pecho pero el equipo está en Segunda División, se ensalza la cantera en la que el año pasado hubo serios problemas internos y se presume del Levante EDI (equipo de discapacitados) cuando si no fuera por dos personas como Vicente Herrero y Luis Fos habría que ver dónde estaría ya que el club al principio no quería saber nada de esta sección”.
Por último se llegó al punto clave del orden del día: la elección de los nuevos patronos. Fue entonces cuando se replanteó la decisión definitiva de dicha elección por parte del Consejo, a la vez que salieron a relucir las rencillas del tira y afloja que estas últimas semanas han protagonizado el FROG y el Consejo de Administración y la Fundación Cent Anys. Tras la votación, el recuento se prolongó durante cerca de dos horas y ahora será la Fundación quien tenga que nombrar de manera oficial a los seis patronos restantes.
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