Andone y Babel hunden más a Osasuna en el pozo de la tabla
El Depor logra una victoria crucial para huir de los puestos peligrosos. El equipo de Caparrós sigue con una racha nefasta. Hubo un apagón en Riazor durante un cuarto de hora.Osasuna-Nastic
El Deportivo llegaba al partido pleno de buenas sensaciones. Osasuna deprimido y colista tras cinco derrotas consecutivas. Y sin que sirva de precedente, las dinámicas quedaron patentes en Riazor con una cómoda victoria para los coruñeses que les permite poner tierra de por medio con el descenso tras las derrotas del sábado de Sporting y Granada. La mejoría fue tal, que por primera vez desde hace un año el Depor logró dejar su portería cero. Todo un contraste con la depresión rojilla.
Lo cierto es que la tarde no pudo comenzar mejor para los de Garitano, que tardó muy poco en aprovechar la falta de decisión de Osasuna. Primero avisó Babel, luego mató Andone en un preciso saque de esquina de Çolak. El rumano, que se quedó sin marcar en el Bernabéu después de hacerlo cuatro jornadas seguidas, inclinaba la balanza a los siete minutos.
Los de Caparrós acusaron el golpe y tardaron casi media hora en comenzar a buscar la portería rival y 45’ en disparar por primera vez a la portería de Tyton por medio de De las Cuevas. Por el camino el Depor ya había hecho su segundo gol. Los de Garitano estaban cómodos y fluidos con el balón, pero el tanto llegó en una rápida contra. Perfecto desborde de Carles Gil, centro al segundo palo y cabezazo casi a placer de Ryan Babel. El holandés marcaba su cuarto gol de la temporada ante un Riazor entregado. No es de extrañar que el Depor no quiera que se marche en enero porque es un pedazo de futbolista.
Control. Tras el apagón del descanso Caparrós buscó la luz metiendo a un segundo delantero, Riviere, y aumentando la presión sobre el Depor. Osasuna intentó subir las revoluciones del partido, pero los coruñeses, con la ventaja en el marcador, no estaban por la labor. Los de Garitano se fueron haciendo con el ritmo del partido, sobre todo cuando se asociaban Emre Çolak y Carles Gil. Con eso, con la colocación de Guilherme y la inteligencia de Babel, los minutos fueron pasando sin excesivo sufrimiento para los locales ni reacción de un Osasuna que desde la llegada de Caparrós sólo conoce la derrota.