David Summers: "Cristiano y Messi están en Olimpo, pero flipé con Raúl, Zidane, Laudrup..."
En febrero de 2013, el famoso cantante del grupo Hombres G concedió una entrevista a AS en la que habló de su afición por el Real Madrid.
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—En febrero de 1972, AS Color descubría una versión desconocida de Manolo Summers, la de aficionado al deporte.
—Le encantaba. Pero es que no sólo era aficionado al deporte, es que él era muy deportista. Recuerdo, siendo yo pequeño, que jugaba todos los viernes al fútbol en el campo de García de la Mata, en un equipo en el que estaban Dum Dum Pacheco, José Frade, José Luis Coll… También le encantaba el boxeo, que entonces tenía mucho tirón.
—En aquella entrevista de Julián de Reoyo también revelaba que era apasionado del Real Madrid.
—Era madridista a muerte. Abonado desde muy joven, iba casi siempre al Bernabéu con Coll; llevaba al Madrid en el corazón.
—El equipo en el que jugaban su padre y sus amigos era el Paraguas CF. ¿Por qué ese nombre?
—Porque su oficina se llamaba Paraguas Film. Lo formaban el equipo todos sus amigos, todos con los que él trabajaba e invitaba a otros… Se lo pasaban muy bien. Yo también he ido a jugar con mi hermano Manolín.
—¿Duró mucho aquel equipo?
—Hasta que mi padre dejó de jugar por la edad, porque era él el que liaba a todos: llevaba el equipo y organizaba los partidos.
—En el originario AS Color, Manolo Summers decía que jugaba de lateral izquierdo y de defensa central, ¡y que era muy leñero!
—¡Sí, sí! Su lema era si pasa el balón no pasa el jugador, y al revés. Entraba muy fuerte y a veces partió brazos y piernas. De hecho, uno de sus ídolos era Goyo Benito. Hoy día sería muy fan de Pepe... Se lo tomaba muy en serio.
—En aquellas páginas, usted también aparecía, no sólo en una foto haciendo guantes con su padre en su casa, sino incluso hablando. Afirmaba, a punto de cumplir ocho años, que también le gustaba el fútbol, que era seguidor del Madrid, fan de Pirri… ¿Y de Iribar?
—Es verdad. Cuando yo era niño, muchos queríamos ser como Iribar. Era el portero del Athletic, pero sobre todo de la Selección, era emblemático.
—¿Usted jugaba de portero?
—Sí, en el colegio me ponía un traje de portero que me regaló mi padre, con mis rodilleras y mis coderas, e intentaba emular a Iribar; me tiraba al suelo y me ponía de barro hasta arriba, pero no me importaba. También, a veces, jugaba de defensa. Pero no se crea, era muy malo. Ya ve que sólo me interesó en mi infancia, después la música llenó y marcó mi vida.
—¿Y su hermano Manolo?
—Manolín sí jugaba bien. Se le veía con clase, le pegaba bien a la pelota, además tenía unas piernas muy largas y corría mucho, pero tampoco llegó a nada serio en el fútbol.
—Ya ha comentado que la afición por el Real Madrid la heredó de su padre. ¿Recuerda cuándo fue la primera vez que fue al Santiago Bernabéu?
—Sé que era muy pequeño, aunque no recuerdo contra quién jugaba el Madrid. Lo que no se me olvida es cómo me impactó el ambiente, el estadio, el césped y los jugadores desde la grada... Tenga en cuenta que yo había visto al Madrid por televisión, que entonces era en blanco y negro, y verlo en directo, en color, fue alucinante. Por eso, yo hice lo mismo con mi hijo Daniel: le llevé cuando era muy chiquitín al Santiago Bernabéu para que viviera esa emoción lo mismo que yo.
—¿Le gusta a su hijo el fútbol?
—Más la música.
—¡Qué raro!
—¡Jajaja!
—¿Qué jugador le impactó más en aquella infancia madridista?
—Me gustaba mucho Del Bosque, Santillana, Amancio, del que tengo un recuerdo muy bonito. Amancio era muy amigo de mi padre, como Zoco, Pirri… y me regaló unas botas, bueno en realidad eran para mi padre, pero como Amancio tenía un pie muy pequeño, me las dio a mí, y jugué con ellas muchos años.
—¿Supongo que su padre le haría abonado del Madrid?
—Así es, luego me dio de baja porque decía que no iba al fútbol, pero después me saqué el carnet otra vez. He de reconocer que soy del Madrid hasta el punto que, a veces, me pongo a jugar a la consola con otro equipo y no puedo porque no siento los colores, me aburro y al final acabo escogiendo al Madrid.
—¿Suele ir a ver al Real Madrid al Bernabéu?
—Menos de lo que me gustaría, porque casi siempre me pilla trabajando o de gira. Es difícil compaginar mi afición al fútbol y al Madrid con mi profesión. Pero lo sigo siempre que puedo por tele.
—¿Cuál es el momento que más satisfacción ha sentido como madridista?
—Afortunadamente, ha habido muchos, pero yo creo que cuando el equipo ganó la Séptima. Recuerdo que estábamos tocando en Costa Rica y quedamos todos los del grupo, los que nos acompañaban y también estaban los Ketama, a ver el partido, que allí lo dieron a las 12 de la mañana. Fue muy emocionante, espectacular, porque hacía muchos años que no ganábamos, de hecho la anterior fue en 1966, yo tenía dos años y, evidentemente, no me acuerdo.
—¿Son Messi y Cristiano los mejores jugadores que ha visto en un campo?
—¡Uff! No sé yo qué decirle. Son impresionantes, y seguro que están en el Olimpo de los mejores, pero yo he flipado también con Zidane, con Laudrup, con Maradona, con Ronaldo, con Raúl... porque yo soy muy raulista, porque me parece otro futbolista ejemplar.