NÀSTIC 0 - RAYO 1
Javi Guerra catapulta al Rayo y el Nàstic sigue en caída libre
Su gol, en el minuto 88, le redimió de un error anterior. Diego Aguirre y Embarba tropezaron con el palo. Uche perdió la mejor ocasión de los catalanes.
En Segunda A si perdonas y después te dejar ir en los últimos minutos lo acabas pagando y el Rayo así se lo demostró al Nàstic. El conjunto grana dominó la posesión durante todo el encuentro, pero los de Baraja mostraron más ganas de llevarse los tres puntos y Javi Guerra decantó la balanza. Su tanto llegó en el 88’ y fue un mazazo para un Nàstic que seguirá hundida en la tabla una semana más. En cambio, el Rayo sella su primera victoria a domicilio del curso y gana oxígeno y confianza.
Vicente Moreno estudió a la perfección al Rayo, pero sobre el papel se topó con un rival cuyo centro del campo se limitó a destruir el juego del Nàstic en los primeros compases. Jean Luc era un puñal por banda y Madinda y Tejera movían al equipo grana. El problema, el que arrastra esta temporada el Nàstic, fue la falta de pegada. Se vio el mejor juego de la temporada, con largas transiciones y múltiples movimientos, pero Uche y Álex López no tuvieron excesivas ocasiones. Además, Dorado y Zé Castro fueron un muro y estuvieron más que correctos. Con el paso de los minutos, el Rayo aún se diluyó más y solo perseguía sombras. Hasta que en el 33’ se pudo decantar la balanza, pero el colegiado no creyó acertado señalar un penalti por manos de Zé Castro. El árbitro explicó su decisión de no señalar la pena máxima a Muñiz, el lanzador, que el balón le había tocado primero en la pierna al zaguero y después en la mano, pero las imágenes mostraron que el central del Rayo tocó claramente el balón con el brazo. Al final, el colegiado no quiso saber nada y las protestas de Muñiz se quedaron en nada. Esa acción marcó un antes y un después en la primera mitad porque el partido se ensució y ya en la última jugada Javi Guerra a punto estuvo de aprovechar el desconcierto grana. El delantero se fabricó una gran acción, la única de mérito en los primeros 45 minutos, pero a la hora de rematar Xavi Molina y Djetei le molestaron lo suficiente como para que su tiro fuera estéril.
Ese viento a favor con el que acabó el Rayo se prolongó durante una segunda mitad que se inició con un tiro al larguero de Aguirre. El jugador rayista voleó de forma espectacular un centro de Javi Guerra y a los de Baraja les salió cruz. Pero ese solo fue el inicio de la tormenta. Al Nàstic le entró el miedo a perder conforme iban avanzando los minutos y al oler sangre, el Rayo subió líneas. Los cambios fueron más eficientes para los madrileños que para los tarraconenses y en los últimos cinco minutos fue un monólogo visitante. En el 86’ Javi Guerra avisó, Dimitrievski se lució, y dos minutos después mató al Nàstic. Aprovechó un centro desde la banda derecha de Embarba para firmar el 0-1 y dar tres puntos de oro a su Rayo. Este Nàstic está hundido y el Nou Estadi despide 2016 con un varapalo.