José María: "El Espanyol volverá a estar entre los cinco primeros"
La leyenda de los Cinco Delfines atiende a AS en Pola de Siero, su pueblo y el de Javi Fuego, ante el Espanyol-Sporting. En su debut le marcó Isidro, padre de Quique. Y Pirès compró sus primeras botas en su tienda.
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- Partido de la jornada 37 de LaLiga Santander entre: Eibar-Sporting en directo .
Amas, Marcial, Re, Rodilla y José María. Una delantera que surge de carrerilla desde un rincón privilegiado del cerebro de cualquier perico, incluso si por edad no le tocó en suerte disfrutarla. La segunda mitad de los años 60 fue de ellos, de los Cinco Delfines, como los apodó el periodista José María Ducamp. Hoy sueña el Espanyol con revivir leyendas similares y, mientras moldea esos nombres que se puedan recitar del tirón, plantea el camino paso a paso. La próxima estación es el Sporting de Gijón, que une por esos conductos de la historia a uno de los Cinco Delfines con uno de los indiscutibles del equipo actual.
Se trata de José María García Lavilla y de Javi Fuego. Ambos, nacidos en Pola de Siero, y los dos jugadores del Espanyol, y sólo separados por unos 40 años. Precisamente desde esa población atiende José María a AS, para comenzar con toda una primicia: “Javi Fuego y yo somos parientes lejanos, porque además de nacer en Pola, el segundo apellido de mi padre era Fuego”. El actual mediocentro perico fue uno de los millares de chavales que pasó por Deportes José María, la tienda que justo en Pola abrió el Delfín perico tras su retirada, y por la que también desfiló de chaval nada menos que que un campeón del Mundo. Pero no de la Selección española, no: de Francia. “Me enteré por su abuela, nacida aquí, que las primeras botas que tuvo Robert Pirès las compraron en mi establecimiento”.
Cualquiera diría que la historia de José María se escribe en una tienda de deportes. Dio para anécdotas y fue una de las más concurridas de toda Asturias durante sus dos décadas de existencia, cierto, pero su trayectoria fue tan enorme que es en ella donde marcó una época. Y eso que sólo militó en dos equipos: “El Oviedo es mi madre y el Espanyol, mi padre”, bromea.
Curiosamente, su primer vínculo con el presente perico lo vivió pronto, en 1961, cuando ni siquiera imaginaba que pasaría 11 temporadas en Sarrià. “Fue en mi debut en Liga con el Oviedo en el Tartiere”, explica. “Nos visitaba el Madrid. Como yo jugaba de extremo izquierdo, me cubría el lateral derecho, que era Isidro. Sí, el padre de Quique Sánchez Flores. Tenía mucha calidad”, resalta. “Con Isidro y con su mujer, Carmen Flores, volví a coincidir más tarde, cuando ya vivía en Barcelona, pues se alojaron algunas veces en el hotel Condado”.
Esa puntualización nos hace viajar ya del Oviedo al Espanyol. En 1965, y tras el descenso a Segunda de los asturianos, José María firma por el club perico. “Todos los solteros del equipo vivían en una misma residencia. Pero yo era algo tímido, y de entrada me hospedé en el hotel Condado, en la calle Aribau, que es donde me alojaba cuando venía con el Oviedo. Y allí coincidí con Chus Pereda (que militaba en el Barcelona), quien me dijo que en la pensión donde él vivía quedaba una habitación libre. Y allá que me fui, compartiendo casa, hasta que él se casó”, recuerda. Curioso matrimonio futbolístico, el de un ídolo perico y un culé bajo el mismo techo. De hecho, a José María lo llegó a tantear el Barcelona, “aunque conmigo no hablaron directamente”.
Con el Espanyol, José María vivió situaciones tan históricas como opuestas: acabó la Liga hasta en dos ocasiones en el tercer puesto, pero también experimentó un descenso que “a día de hoy sigo sin entender cómo nos pudo ocurrir, con el equipazo que teníamos”. El de los Cinco Delfines era excelente, “pero no menos el que vino después, con Roberto Martínez, Solsona, Amiano y Pepín. Ahí sólo quedaba yo de la etapa anterior”, explica.
Alguien que ha protagonizado tales momentos, y coincidido con tantas otras leyendas, es especialmente valioso cuando aporta su opinión sobre el porvenir inmediato: “El futuro del Espanyol es volver a estar entre los cinco primeros. De un año a otro no se puede conseguir, pero sí creo que el lugar que le pertoca año sí, año también, es de la mitad de la tabla hacia arriba”.
Como sucede ahora con Chen Yansheng, su Espanyol contó con una fuerte inversión del presidente, Juan Vilà Reyes, aunque aquello no acabara precisamente bien. “Con él hubo una transformación, pues trajo a jugadores de calidad que triunfaban en otros equipos. No sólo fuimos terceros, sino que se desplegaba buen fútbol. ¡Y Sarrià se llenaba!”.
“Al Sporting le cuesta ganar, pero a ellos tampoco se les gana fácil por mucho que por los resultados lo parezca”, advierte, sobre el partido del domingo. “Como cada fin de semana, mi corazón estará con el Espanyol”, sentencia. Y desde Asturias lo verá el gran Delfín José María.