El vestuario alucina con el talento y calidad de Boga
Ante el Sevilla, el centrocampista dio su primera exhibición de la temporada. Es un portento técnico y físico. El club espera mucho de él.
Como se preparan las recetas de enjundia y fundamento está cocinándose Boga en el Granada. El pasado sábado ante el Sevilla deslumbró sacándose de la manga su primera gran actuación de la temporada, un repertorio de todo lo que es capaz dentro del terreno de juego. Una exhibición de potencia, velocidad y calidad que aniquiló al mismísimo Sevilla. Pero en el vestuario de nada se sorprenden. Sus compañeros, los futbolistas y el cuerpo técnico, llevan alucinando con él varios meses, engatusados por las miles de filigranas, regates y cambios de ritmo de todos los colores que realiza en los entrenamientos como si tal cosa.
Jeremie Boga es un superdotado técnica y físicamente. Es un jugador con el centro de gravedad bajo (mide 1,72), con un tren inferior portentoso que le permite una gran velocidad de reacción en distancias cortas, tal y como quedó constancia en la jugada del primer gol: rompió a Rami con suma facilidad incluso levantándose del suelo, creándose el espacio para meter un centro rápido y preciso que convirtió Pereira. Una acción muy destacable sólo al alcance de muy pocos privilegiados. Los detalles se multiplicaron en el partido, con Boga crecido y sintiéndose superior, encarando siempre y yéndose a por los rivales y hacia la portería.
Cedido por el Chelsea, y a punto de cumplir 20 años (el 3 de enero), el internacional francés Sub-19 está llamado a ser uno de los grandes del continente en poco tiempo si se confirma su proyección. De momento, su crecimiento en lo que va de temporada está siendo notable. Empezó siendo titular, cayó en el olvido y ahora vuelve a ser uno de los referentes de este Granada.
Canterano del Chelsea
Formado en la cantera del Chelsa a la que llegó con 11 años, sus etapas de formación en Londres concluyeron en la Premier League Sub-21, momento en que fue cedido al Rennes francés la pasada campaña donde jugó nada menos que 27 partidos en la Ligue 1, acabando en la octava posición del campeonato galo. Antes de regresar al Chelsea está adquiriendo bagaje en el Granada y quiere conducir la nave rojiblanca.
El Granada abandona el farolillo rojo dos meses después
Dejar de ser últimos, mirar la clasificación y no verse abajo del todo, es un motivo más para empezar la semana a tope en la Ciudad Deportiva del Granada. Es verdad que es un asunto emocional, que lo importante son los puntos sumados, pero abandonar el farolillo rojo también ha sido quitarse un peso de encima. El Granada ha abandonado la posición de colista después de un largo periodo de tiempo, siete partidos que han sido muy duros en todos los sentidos para los rojiblancos.
Fue tras la jornada siete cuando el equipo nazarí cayó al último lugar justo después de perder en casa ante el Leganés por 0-1. En aquellos instantes, una vez cesado Paco Jémez, todavía no estaba claro el relevo en el banquillo pero la dura derrota llevó a los dirigentes a optar por Lucas Alcaraz en lugar de decantarse por la continuidad de Planagumà, técnico del filial, quien se encargó de dirigir aquel encuentro que significó la transición.
Desde entonces, ya con Lucas en el banquillo de Los Cármenes, el Granada ha tenido que rehacerse, restañar las heridas, cambiar de rumbo y empezar a emitir señales de que aún tiene vida. El primer paso ya está dado.
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