Antes del Clásico, un derbi porque LaLiga tiene mil historias alrededor de sus dos trasatlánticos. La del Granada es agónica y la del Sevilla, alucinante . Hoy se cruzan en Los Cármenes en un partido declarado de alto riesgo para el que no queda una entrada. El Granada ha recibido esta semana una noticia alentadora. Sabe ganar. Lo ha hecho en Copa ante Osasuna. Con Alcaraz, el equipo ha recuperado el gobierno que Paco no tuvo en el vestuario, donde algunos jugadores admitieron internamente estar confundidos por sus métodos (y horarios). Todavía sin ganar en Liga, el Granada arranca poco a poco pero el tiempo se le acabó. Con sus limitaciones (y la promesa de fichajes este invierno), necesita ganar. Lástima que Barral vaya por su cuenta. El delantero ha vuelto a quedarse fuera de la lista y se empeña en negar una agresión a Cuenca que el club tiene registrada en sus cámaras. A cambio, Alcaraz recupera a Boga, que con Carcela aporta el desequilibrio.
El Sevilla viene de volar en Formentera. El rival era débil pero su puesta en escena demostró ambición, especialmente de Correa. Sampaoli tiene un ojo en Lyon. Se ha dejado en Sevilla a Nasri, con una preparación específica, y a Escudero. Pero lo que no va a hacer el argentino es regalar la segunda plaza. Nzonzi, Vitolo, Mudo Vázquez y Vietto son seguros. Arsenal le sobra. Al Granada le alientan dos datos. El primero es una cábala: su última en la Liga fue ante el Sevilla el año pasado en el Sánchez Pizjuán. El segundo, una certeza. El Granada de estos días ya tiene un plan que puede ser molesto para Sampaoli. En el Clásico tendrán emociones. En el derbi del mediodía, angustia. También está para no perdérselo.