Un Barcelona a la caza o un Real Madrid a la fuga
Iniesta se sube a un Clásico que determinará el futuro de la Liga. El Barça supera en 6 puntos la posesión del Madrid, pero tira menos.
Barcelona-Real Madrid en directo
Es frecuente y hasta saludable buscarle el punto dramático a cualquier Clásico. Este llega guionizado por los seis puntos de ventaja con los que comparece el Madrid, distancia que eleva el tono del encuentro. Llevado al extremo y apenas estrenado diciembre, el debate es si quedará Liga tras un posible triunfo blanco. Ese es asunto para el domingo. El del sábado es el cruce de las dos marcas más valiosas del fútbol mundial, con plantillas valoradas, en cada caso, por encima de los 750 millones de euros, con futbolistas que copan todas las listas de éxitos del planeta y con dos líderes, Messi y Cristiano, enfrascados en la más formidable pelea en la historia del fútbol mundial.
“Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”, le gustaba decir a Di Stéfano, que fue lo uno y lo otro: el mejor de su tiempo y el mejor intérprete del fútbol cooperativo. Cristiano y Messi le alejan de esa verdad irrefutable. Son los dos máximos anotadores del campeonato, los dos que más disparos registran por partido en el campeonato (6,2 el portugués, 4,8 el argentino) y dos de los tres que ayer fueron elegidos para inaugurar el trono de ‘The Best’ de la FIFA. Pero tras los datos se ocultan picos y valles. Cristiano se ha ido sin marcar en más de la mitad de los partidos que ha jugado, alternando la sequía y el chaparrón. Ahora anda en época de lluvias, con cinco goles en los últimos dos partidos. Messi ha estado mejor en la Champions que en la Liga y aunque su gol le dio un punto milagroso al Barça en Anoeta, no dejó nada más que merezca ser recordado.
El Barça llega al completo, que no es lo mismo que en plenitud. El estado de necesidad obligará a Luis Enrique a poner a Iniesta, ausente desde el 22 de octubre. La decisión obedece a la falta de respuesta de un banquillo caro e ineficaz.
Los fichajes
El Barça gastó este verano 122 millones en asegurarse un plan B. Ninguno de sus seis fichajes ha marcado y sólo Digné ha jugado más de 1.000 minutos. Luis Enrique no ha encontrado una retaguardia solvente cuando las lesiones y las flaquezas, como en el caso de Busquets, han alcanzado al equipo. El último balance de daños habla de sólo dos victorias en los últimos seis partidos. Y todos los de la alineación ya estaban la temporada pasada (entre ellos, nueve de los que perdieron el último Clásico). El once es una denuncia.
Del Madrid puede decirse que gana más que juega. Lleva 32 partidos invicto, pero ha mostrado cierta desidia en sus dos últimos partidos serios, ante los dos Sporting. Al Madrid sí le faltan dos piezas nucleares: Kroos, el mejor pasador y el segundo asistente de la Liga, y Bale, figura emergente de la BBC y autor de siete goles. Y otras accesorias, como Morata o Danilo. Pero Zidane ha ido haciendo de la necesidad virtud, manteniendo activa a gran parte de la plantilla y derivando hacia un 4-4-2 más natural cualquier baja de su tridente. Y ha sobrevivido sin derrotas a quince lesionados desde que comenzó el curso. En ese Madrid de gran reparto sólo ha faltado James, ahora correturnos de precio galáctico.
Y al partido no llega, esta vez, al límite de la supervivencia. “Sin el culo apretado”, según definición castiza de Zidane. Y con un once claro, esperando más de Benzema y con varios futbolistas en máximos: Isco, Kovacic o Lucas Vázquez…
El retrato robot del partido es que el Barça conserva el patrimonio de la posesión (62,4% frente al 56% del Madrid), que empatan en pases y que los de Zidane disparan cinco veces más por partido (12 frente a 17) y ven menos de la mitad de tarjetas amarillas (11 frente a 25). El Madrid ataca más por la izquierda, zona de influencia de Cristiano, y el Barça, por el centro, el nuevo criadero de Messi. Ellos son el centro del partido y del universo durante dos horas.
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