R. M. Castilla 1-1 Navalcarnero
El Castilla salva un punto con nueve ante el Navalcarnero
El árbitro Sureda Cuenca fue el protagonista: expulsó de forma rigurosa a dos jugadores del filial y el gol visitante llegó en una falta inexistente.
El Castilla llegaba al partido ante el Navalcarnero con la necesidad de cambiar la imagen y, pese a que no logró el resultado deseado, los de Solari pueden irse con la cabeza alta tras lo sucedido en el Di Stéfano. Mejoró el juego y se consiguió un punto en una tarde en la que el colegiado Sureda Cuenca tomó demasiado protagonismo y lastró a los blancos.
Todo empezaba bien para los locales con un gol de Javi Sánchez, titular ante las bajas de Hermoso y Álex Salto. El central abrió a la banda a Achraf y llegó al área para rematar el centro del internacional marroquí. Se les ponía todo de cara a los blancos ante un rival complicado. Pero en el 36 el colegiado cambió el sino del partido. Febas manejaba el balón en el centro del campo y durante la conducción sufrió dos faltas. El árbitro dio ley de la ventaja y el último control se le fue largo. El madridista fue con todo a un balón dividido con Alonso. Una acción dura que tuvo un castigo excesivo con la roja para el motor del Castilla. En primer lugar porque la jugada viene de dos faltas ante las que el árbitro dio una ley de la ventaja que no resultó ser tal y, en segundo término, porque la entrada no era merecedora de la roja.
Pese a quedarse con diez el Castilla siguió compitiéndole a un Navalcarnero que tiene en Joaquín y Cifo a jugadores de mucha clase. El filial se fue al descanso manteniendo la ventaja en el marcador pese a la inferioridad numérica. Pero al poco de empezar la segunda parte Sureda Cuenca volvió a castigar al Castilla. Sacó la segunda amarilla a Cobo de forma rigurosa y complicó aún más la labor de los madridistas desde el minuto 54.
Con este panorama el Navalcarnero tenía más el balón, pero tampoco conseguía crear un peligro claro. El gol llegó en otro error del árbitro. Señaló una falta de Tena que sólo vio él y Cifo definió con un lanzamiento magistral ante el que nada pudo hacer Carlos Abad.
Y cuando más se torcían las cosas, los chavales sacaron lo único que les quedaba. Esfuerzo y casta. Valverde se hacía enorme en la medular; Enzo, Campuzano y Sergio corrieron más kilómetros que en una maratón y Achraf seguía siendo ese lateral delantero. Con estas armas resistieron el azote arbitral y guardaron un punto con nueve.