Carbia escribió la historia de un derbi ‘roig i negre’
El tanto del delantero del Reus bastó para ajusticiar a un Nàstic que jugó con diez desde el minuto 47’ por la expulsión de Xavi Molina.
Fran Carbia escribió la historia de un derbi que tuvo claro color roig i negre. El tanto del jugador del Reus bastó para ajusticiar a un Nàstic que fue a remolque durante todo el encuentro y al que la expulsión de Xavi Molina acabó de dejarle sin opciones. Los de Natxo González vuelven a reencontrarse con la victoria y dejan a los grana, una semana más, hundidos en la cola de la tabla.
La estrategia del Reus fue clara en el inicio del encuentro: ahogar al Nàstic y lograr un tanto tempranero. La teoría estaba clara, pero en la práctica se toparon con un inspirado Dimitrievski y con una zaga grana sin fisuras. Jorge probó al meta grana a los cinco minutos, pero se lució para despejar su tiro. También tuvo que multiplicarse Gerard Valentín para evitar el tanto de Edgar, pero la falta de pegada le pasó factura a un Reus que fue perdiendo fuelle. Y no era para menos porque el ritmo era altísimo. Por el contrario, el Nàstic esperó su momento y tiró de fortuna para maniatar al conjunto roig i negre. En el 20’, Edgar pidió penalti pero el colegiado no quiso verlo. Tras ver que todo el esfuerzo no tenía premio, el Reus se fue diluyendo y eso dio alas a Muñiz para mostrarse y para que Álex López empezara a recibir más balones. Las ayudas fueron claves para controlarle, pero en una acción se zafó y puso en apuros a Edgar. El final de la primera se ensució y siguió en el inicio de la segunda. Los nervios aparecieron, las trifulcas se multiplicaron y en el 47’ Xavi Molina vio la roja. Fue ingenuo al cazar a Querol cuando se le acababa el campo y vio la segunda amarilla.
Al Nàstic le tocó remar entonces a contracorriente y cuando más necesitado estuvo de oxígeno, el colegiado no quiso señalar un penalti sobre Muñiz. Le arrollaron dentro del área, pero sus protestas no llegaron a nada. Lo que sí hizo fue contagiar a los jugadores grana y en un desajuste defensivo, también ayudó que el Reus movió el balón de forma perfecta, Fran Carbia hizo el 1-0. Remató de cabeza un centro medido de Benito y castigó a un Nàstic noqueado.
Los últimos minutos fueron un suplicio para el Nàstic. Las fuerzas no les llegaban para crear suficiente peligro y además, el Reus eternizaba sus posesiones con transiciones para enmarcar. Perdonaron los roig i negres porque incluso el marcador pudo ser más abultado. El mejor derbi de la historia, para el Reus.