Conjura atlética con dos metas: "Ganar y recuperar la solidez"
Koke resumió el sentir de los jugadores tras la derrota del derbi: “Somos el Atlético, después de un duro golpe siempre nos levantamos”.
El vestuario del Atlético estaba ayer golpeado tras el derbi, que no tuvo el final feliz esperado por la afición rojiblanca que llenó el Calderón para despedir al estadio en su último choque liguero contra el Real Madrid. La contundencia del resultado (0-3) dejó huella en los futbolistas, que pasaron sin apenas levantar la cabeza por la zona mixta, sin detenerse con los periodistas. Desfilaron Gameiro, Oblak, Carrasco, Griezmann, Correa, Torres… Dieron la cara ante los medios dos de los pesos pesados: Koke y Filipe. Y ambos tienen clara la receta: un resultado positivo que tape los tropiezos.
“Queremos recuperar esa confianza que hemos perdido y vamos a hacerlo. ¿Cómo se hace? Ganando el miércoles y volviendo a ser el Atleti que éramos. Sólo con victorias se recupera la confianza. Debemos volver a ganar y ser el equipo sólido que éramos”, resumió Filipe. Una fórmula sencilla sobre el papel, aunque no tanto a la hora de llevarla a la práctica; sobre todo a la vista de los últimos resultados rojiblancos.
El equipo de Simeone acumula tres derrotas en sus últimos cinco partidos: Sevilla, Real Sociedad y Real Madrid. Uno de los dos choques que ganó, ante el Rostov, fue rescatado en el último suspiro gracias a Griezmann y en el otro partido, ante el Málaga, el Atleti recibió dos goles. Y es que gran parte de la culpa de este bache lo tiene la repentina debilidad colchonera: lleva cinco partidos seguidos recibiendo goles en contra, nueve en concreto. Una media de 1,8 goles en contra por partido cuando el Atleti de Simeone promedió el curso pasado en LaLiga 0,5 goles en contra por partido.
“Somos un grupo bueno y tenemos que seguir unidos como hasta ahora. Y luchar. Somos el Atlético de Madrid, después de un duro golpe siempre nos levantamos”, lanzaba Koke, a modo de mensaje motivador ahora que los ánimos no pueden estar más bajos. A diferencia de la afición rojiblanca, que centró sus iras en el árbitro al considerar que el penalti señalado sobre Cristiano no era sancionable, en el vestuario no se quiso poner excusas de ningún tipo. Sólo un objetivo: “Tenemos mucho que mejorar, en ataque, en defensa y en el medio. Y mirar hacia adelante”.