Caparrós fue un jugón en el Leganés y ahora será su rival
Se formó en los juveniles del Madrid. Tuvo que salir y su primer destino apenas distaba 25 kilómetros de La Castellana. Caparrós acabó en el Leganés.
A Caparrós cuesta reconocerlo vestido de corto. No porque el tiempo haya hecho mella en él. Ni mucho menos. Pero es que del nuevo entrenador de Osasuna apenas hay fotos en su época de futbolista. Tampoco vídeos. Lástima. Los que le vieron con un balón en los pies dicen que era un medio jugón, tal vez algo “miedosete”. El de Utrera se formó en los juveniles del Real Madrid. En la capital, por desgracia, no cuajó. Tuvo que salir y su primer destino apenas distaba 25 kilómetros de La Castellana. Caparrós acabó en el Leganés.
Corría la temporada 77-78 cuando se enfundó los colores de un club entonces en Tercera al que el próximo lunes se enfrentará 39 años más tarde, esta vez desde el banquillo y en la máxima categoría del fútbol español. En el viejo Luis Rodríguez de Miguel, entonces todavía un campo de tierra, aquel Caparrós imberbe no lo hizo mal. Sin embargo, al final de curso, sus caminos se separaron.
Poco después, aquel jugón colgó las botas y abrazó la pizarra. El calendario apuntaba al año 1981. Él no lo sabía, pero su prolija carrera le enfrentaría cuatro veces al Lega, todas en la división de plata y sin mucha fortuna. Al frente del Recreativo y del Sevilla, entre 1998 y 2001, Caparrós sólo venció una vez a su exequipo. El resto, dos empates y una derrota. Ahora, pasados tres lustros de aquella única victoria, el preparador rojillo espera repetir gesta en su debut con Osasuna tras suplir a otro mito pepinero como Enrique Martín. Sería un comienzo ideal, aunque fuera a costa de convertirse en enemigo del Lega. Su Lega.
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