La zurda de Juan Muñiz vale oro y acaba con el Getafe
El tanto de falta del jugador grana en la primera mitad valió para sumar los tres puntos. Alberto dio vida al Getafe en la segunda mitad, pero les faltó pegada. Tenerife vs Cádiz
El Nàstic sigue volando hacia la salvación. Y Juan Muñiz es quien comanda la nave. El jugador grana acabó con el Getafe gracias a un tanto magistral de falta y sella la primera derrota de Bordalás en el banquillo azulón. La alegría ha regresado a Tarragona.
Lo cierto es que este Nàstic desprende otra aura. Además, el fútbol se está aliando con él. Tras 15 minutos de nada, Muñiz se bastó para volver a demostrar que posee una zurda de oro. Regaló a la afición grana un lanzamiento magistral de falta, otro más esta temporada, al que Alberto no pudo hacer otra cosa que recoger el balón de dentro de su portería. Ese fue uno de los dos únicos tiros a puerta que realizó el Nàstic en toda la primera mitad pero no necesitó más para dejar en la lona a un Getafe que no sabía qué hacer con el balón en los pies. Los azulones disfrutaron de la posesión, pero Pacheco se perdió en banda y Jorge Molina era una isla. En una acción, en el 27’, sí tuvo tiempo para bailar a la zaga grana, pero Paul Anton no supo empatar. Parte de culpa la tuvo un eléctrico Gerard Valentín que cuando el jugador azulón ya cantaba el gol, porque la acción consistía solo en empujar el balón, llegó como una exhalación para desviar la acción. Eso fue la más cerca que estuvo el Getafe de empatar en una primera mitad de fútbol control y sin apenas ocasiones.
En la segunda mitad, Bordalás dio entrada a Stefan para que su equipo pusiera peligro al control de la posesión y, en el 65’, el punta dio el pistoletazo de salida a un intercambio de golpes voraz. Su cabezazo se marchó fuera y pudo suponer el empate, pero dos minutos después pudo vivirse el 2-0. Alberto lo impidió con dos intervenciones portentosas a Mossa y a Xavi Molina y dio vida al Getafe. Como colofón, una protesta: el Getafe pidió mano de Suzuki dentro del área en el 72’, pero el central japonés la tenía pegada al cuerpo. El árbitro no señaló nada y los ánimos se calmaron hasta el añadido. El Nàstic quiso dormir el partido, pero el Getafe murió en el área de Saja. Eso sí, los tres puntos ya eran grana.
