Los descartes de pretemporada se echan de menos en Granada
Rubén Pérez, Fran Rico y Edgar triunfan en los equipos en los que recalaron, que son rivales directos.
Los descartes de Paco Jémez están brillando esta temporada. Y lo peor es que en muchos casos lo están haciendo en rivales directos del Granada. Fran Rico en el Eibar, Rubén Pérez en el Leganés y Edgar en el Alavés son probablemente los casos más dolorosos, a los que hay que sumar los de Babin, que una lesión le ha impedido asentarse en el Sporting, y Machís, que va apareciendo poco a poco en el Leganés. También cabe destacar la salida de Ricardo Costa, que se desvinculó del club antes de comenzar la pretemporada para marcharse al fútbol suizo cuando tenía por delante un año de contrato y su rendimiento había sido fundamental, incluso sus goles, para comandar la reacción del Granada y conseguir la permanencia la pasada campaña. Todo el mundo coincide en que Costa se convirtió tras su llegada en el mercado de enero del año pasado en el jefe de la defensa, que su aportación fue clave, y hasta se permitió anotar de cabeza el tercer gol de la remontada ante Las Palmas en el penúltimo encuentro liguero.
Escuece y no se termina de entender entre los aficionados que a Jémez se le dieran atribuciones para deshacer el vestuario, para descartar jugadores, cuando, según él mismo explicó en una entrevista a AS, su participación en la confección del equipo fue “cero”. Cuando Jémez fue destituido tras la jornada seis, el Granada se dio cuenta de que había perdido futbolistas que habrían mejorado el equipo actual con toda seguridad.
La desamortización del Granada con respecto a la temporada pasada es evidente. Casi todos los jugadores titulares hicieron las maletas por circunstancias diversas, lo que obligó a los nuevos propietarios y al nuevo director deportivo a construir un vestuario casi de cero y a contrarreloj. La venta del club también supuso que el Granada dejó de formar parte del entramado deportivo de Gino Pozzo y por tanto significó que sus jugadores se marcharon con él. El ataque fue la parcela que quedó más resquebrajada, huérfana por las salidas de El Arabi, Success y Peñaranda, que se echan de menos por Los Cármenes, a las que hay que sumar la venta de Rochina al Rubin Kazan fue la última gran pérdida, y seguramente en este caso inevitable por el montante económico y la voluntad del jugador.
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