El arte de defender entre las sombras
La victoria se había convertido en una montaña difícil de escalar, por motivos diversos, pero en esta ocasión la moneda cayó de su lado gracias a...
Espanyol - Athletic Bilbao en directo
Tributo a la defensa. La cabeza y la mano de dos Diegos (Reyes y López) le dieron al Espanyol tres puntos que le saben a gloria, refuerzan el trabajo defensivo del equipo de Quique y tranquilizan el ambiente. Necesitaba el Espanyol ganar, insuflarle aire a su vacío pulmón, después del esperpento ante el Eibar y de sumar dos empates a cero de forma consecutiva. La victoria se había convertido en una montaña difícil de escalar, por motivos diversos, pero en esta ocasión la moneda cayó de su lado gracias al testarazo de Diego Reyes y a la mano izquierda de Diego López que desvío el remate de Pezzela al larguero en el minuto 94. Una mano prodigiosa, celebrada como nunca por el gallego y sus compañeros.
Mejor a domicilio. Conquistó el equipo perico el Villamarín como antes lo había hecho con el Reyno de Navarro. Los blanquiazules han ganado ya dos partidos fuera y suman siete puntos a domicilio por cuatro en casa. No es casualidad. Este rendimiento define la manera de jugar del Espanyol: al contraataque, convirtiendo la defensa en un arte, ubicándola en campo propio, dejando la iniciativa al rival e intentando aprovechar los espacios. Así es el ADN de este equipo, que empieza a sentirse más seguro en defensa pero se mantiene igual de estéril en ataque. El famoso equilibrio que tanto cuesta encontrar, pues siempre se adolece de algo.
La cantera al poder. Habitual en el equipo titular, Marc Roca juega como criterio y trabajo, lo mismo que aporta Aarón Martín en el que fue su segundo partido de titular en Primera. El lateral zurdo le da más naturalidad a la defensa, ayer impoluta en líneas generales, con hasta cinco jugadores encerrados en el área en los últimos minutos. Aarón se consolida en el equipo de forma sigilosa, como también lo ha hecho Marc Roca, y como lo puede hacer Melendo en próximas semanas. La cantera, lo mejor de este Espanyol.
La sonrisa pícara. Que Sevilla vive el fútbol de una manera especial se pudo comprobar cuando Reyes entró en el campo. El exsevillista, un demonio en Heliópolis, no paró se sonreír cuando vio como una grada encedida le recibía con una bronca sonora. Hasta los niños se sumaron al homenaje. Una tradición que pasa de padres a hijos. El mediapunta lleva ya 13 partidos seguidos sin perder en el Villamarín. Un talismán en toda regla.
El silencio. Hablaba Quique en la previa que es maravilloso silenciar un estadio, y el Espanyol lo logró, pero no solo ganando al Betis, sino también llevando el partido al tedio ante un rival también impotente, al que le costó un mundo crear juego como al conjunto perico ocasiones o dar más de tres pases seguidos. Los pericos repitieron el guión de otros partidos, priorizando la defensa, intentando salir rápido pero impreciso.
Las sombras. Tuvo Quique que recolocar a David López de central después de no estar Demichelis a la altura ante el Eibar. Con él y Víctor Sánchez incrustado en la zaga, es imposible que el equipo pueda dar un paso adelante: cuestión de velocidades. Es por eso que el equipo está obligado a ir creciendo desde los fundamentos defensivos y el contraataque. Deberá encontrar la luz desde las sombras. Ese es el reto.