“En Argentina me llamaban marimacho por jugar al fútbol”
Marianela Szymanowski recupera la ilusión por el fútbol en el Valencia. Su hermano Alexander, del Leganés, le animó para seguir.
Es la Szymanowski de la Liga Iberdrola. Marianela (Buenos Aires, 1990) es hermana de Alexander, extremo zurdo del Leganés. Fue precisamente su hermano quien le metió el gusanillo por el fútbol. Tras jugar en el Atlético y el Rayo y pasar un calvario por culpa de las lesiones durante los últimos cinco años, esta temporada fichó por el Valencia: “Mentalmente toqué fondo con las lesiones. Ahora, en el Valencia, estoy recuperando la vida y la alegría”.
La pasión de Marianela empezó en Buenos Aires, yendo a ver jugar a su hermano Alexander: “Nos juntábamos toda la familia. Yo tenía unos 3 o 4 años e iba con mis botas y mi pelota y entraba en los descansos a jugar. El fútbol fue mi pasión desde pequeña, pero en Argentina no jugaba. Allí con el fútbol son más machistas que en España y a la que juega la llaman marimacho y no me gustaba, así que durante unos años me pasé al tenis”.
Cuando la familia Szymanowski se vino a España, en el año 2000, se destapó la pasión de Marianela por el fútbol. Fue descubierta con 16 años en un torneo de fútbol sala en Guadarrama y hasta los 18 años estuvo jugando a ello. Este año fichó por el Valencia, tras pasar por el Atlético y el Rayo. Pero el camino hasta el equipo che no ha sido de rosas. Las lesiones han sido su particular calvario. En 2011 se rompió los dos meniscos jugando un partido con los compañeros de la tienda de deportes donde trabajaba para celebrar que la había convocado Argentina. Un diagnóstico tardío y las dos veces que tuvo que pasar por el quirófano dilataron su recuperación hasta los dos años y medio: “Estaba desesperada hasta que di con el doctor Cugat y me curó en tres meses”.
La temporada pasada, en el Rayo, el fantasma de las lesiones reapareció. Una luxación de clavícula le obligó a pasar por el quirófano otras dos veces más. Tras volver a vencerlo, ha vuelto a sonreír. Este verano fichó por el Valencia y muy pronto empezó a marcar: “El Valencia me está devolviendo el fútbol y la vida. Tengo mucha suerte. El Valencia es un gran club, el vestuario es espectacular y me gusta la forma de trabajar del entrenador, Cristian Toro. En el Rayo jugaba en la banda y aquí de mediapunta, donde mejor me desenvuelvo”.