El derbi de Anoeta ante el Alavés solo tuvo color txuri-urdin
Marcaron Xabi Prieto, Willian José y Vela. El equipo de Eusebio fue superior al de Pellegrino. Tercera jornada seguida del conjunto txuri-urdin sin perder en Anoeta.
Victoria tan justa como abultada de la Real Sociedad en el derbi vasco de Anoeta contra el Deportivo Alavés. El equipo donostiarra se desquitó de la derrota dolorosa en Bilbao con un empache goleador y una buena actuación ante un conjunto babazorro que estuvo muy desdibujado, fue claramente inferior y que por primera vez no estuvo cerca de disputar un partido lejos de Mendizorroza. Carlos Vela, en su versión más cercana a su mejor versión, el capitán Xabi Prieto y Willian José, con una obra de arte en el control y la definición, firmaron la victoria realista en un duelo que solo tuvo color txuri-urdin.
En la primera parte, el Alavés salió con una torrija importante, mientras la Real, con el mismo once y propuesta que en San Mamés, se hizo con todo el dominio del partido. Los donostiarras monopolizaron la pelota y los vitorianos pasaron a depender completamente del juego realista. La Real, mosqueada por la forma en la que perdió contra el Athletic, salió mucho más enchufada, y buscó sin titubeos la portería de Pacheco. Fruto de ese dominio, comenzaron a llegar la ocasiones, que no fueron muy claras, hasta el gol del capitán Xabi Prieto, que remataba un buen servicio desde la derecha de Carlos Martínez.
El gol dejó más tocado todavía al Alavés, que no era capaz de salir de su campo y mucho menos de dar dos pasos seguidos. Hasta que llegó la ocasión clarísima de Edgar, que erró delante de Rulli en una acción que cambió el contexto del partido. Porque la Real ya no tenía el balón con tanta claridad, porque el equipo de Pellegrino adelantó un poco sus líneas, presionó más arriba la salida de balón realista. Los donostiarras quisieron seguir siendo fieles a su estilo de jugar el balón, pero en este caso lo jugaron en largo en más de una ocasión, y acabaron superando esa presión y acercándose a la portería del Alavés en jugadas de estrategia, con las que murió la primera mitad.
Tras el descanso, y teniendo en cuenta que el Alavés había logrado deshacerse de la presión de la Real, se esperaba que el equipo vitoriano diera un paso adelante en busca del empate. Pellegrino lo intentó dando entrada a Cristian Santos al terreno de juego, pero su equipo no le siguió, y poco a poco la Real volvió al mismo dominio de la primera mitad, siendo muy superior al conjunto vitoriano. Los donostiarras comenzaron, incluso, a tener más ocasiones que en la primera parte, hasta que Willian José apareció para firmar un golazo precioso, en el control y en la definición. Un gol que mataba el partido, aniquilaba las ilusiones de un Alavés que tenía algún intento tímido de acercarse a la portería de Rulli, y espoleaba a una Real que ya jugaba a placer, se gustaba y gustaba a su afición, con el estilo que le gusta a Eusebio, teniendo la pelota y llegando con el balón controlado a la portería de Pacheco. Vela puso el broche a su partido y al de la Real en la recta final, después de rematar una buena asistencia de Oyarzabal, pero hubo ocasiones como para haber ganado por más diferencia. Triunfo justo de la Real. Y primera derrota merecida del Alavés lejos de Mendizorroza. El derbi fue txuri-urdin.