Narciso Juliá sostiene a Milla en el banquillo, de momento
El director deportivo, único valedor ya del técnico turolense en el Real Zaragoza, no quiere tomar una decisión en caliente y va a dejar pasar unas horas antes de decidir.
Luis Milla ha agotado definitivamente su crédito entre los propietarios y consejeros del Real Zaragoza, pero su futuro está ahora en manos del director deportivo Narciso Juliá, su valedor y único respaldo ya entre los ‘principales’ del club y que no ha querido tomar hoy una decisión en caliente, tras el 1-3 frente al Elche en La Romareda. En las próximas horas se abordará en el club la situación de Milla y será Juliá el que tenga la última palabra.
Milla fue una apuesta personal de Juliá y el consejo de administración del Real Zaragoza no quiere interferir en las competencias del director deportivo sobre el técnico, pese a que éste no encuentra soluciones, el equipo no sabe a qué juega y ha sumado sólo dos de los últimos quince puntos en juego. Narciso Juliá quiere tomarse unas horas de reflexión sobre el futuro de Milla y mañana decidirá si dirige al Zaragoza en Valladolid o es relevado de su cargo.
Milla, por su parte, no piensa arrojar la toalla, porque asegura que cuenta con el respaldo de la plantilla: “El tema de la destitución es una cuestión del club. Este es un proyecto en el que llevamos 10 partidos. Estamos en una dinámica mala y cada partido casi es una final. Yo voy a seguir trabajando y peleando, porque si veo que no tengo el apoyo de los jugadores me vendría abajo. Pero mis jugadores están conmigo y yo estoy con ellos. El resto es cuestión del club”.
Milla: "Mientras mis jugadores estén conmigo, seguiré peleando"
Luis Milla ha señalado a la conclusión del partido de hoy que él va a seguir peleando mientras tenga el apoyo del vestuario y que la decisión sobre si tiene que seguir siendo el entrenador del Real Zaragoza o no tras la derrota sufrida frente al Elche no le atañe a él: “Es una cuestión del club. Está claro que hemos entrado en una dinámica mala porque fuera no hemos sido capaces de sacar un resultado que nos diera un poco de aire y en La Romareda cada partido es prácticamente una final. Es una cuestión del club y yo voy a seguir trabajando y peleando. En el momento que no tenga el apoyo de los jugadores, anímicamente me vendré abajo, pero los jugadores están conmigo y mientras mis jugadores estén conmigo, yo voy a estar con ellos y a seguir peleando. A partir de ahí es una decisión del club. Es una situación difícil, pero voy a seguir trabajando con la misma honestidad y el mismo respeto”.
Milla reconoce que el Zaragoza ha ido de más a menos en La Romareda y ha pedido humildad a todos los estamentos: “El equipo necesita trabajo. ¿Estancados? Por los resultados y porque en casa en vez de ir de menos a más hemos ido de más a menos: tuvimos tres partidos muy buenos de inicio, el equipo mereció ganar al Córdoba y hoy es cierto que hemos tenido una primera parte mala. Esto necesita convencimiento, mucha fe, trabajo y humildad por parte de todo el mundo. Humildad por parte del club, humildad por parte de los medios de comunicación y humildad por parte nuestra. Mucha humildad, saber dónde estamos, lo que somos y quizás saber que con esto debemos seguir trabajando e insistiendo”.
En cuanto al partido, en el que el Elche se ha impuesto por 1-3 tras irse al descanso ganando ya por 0-3, el técnico turolense reitera que su equipo se viene abajo anímicamente en cuanto recibe un golpe y considera que hay que agarrarse a la casta y el orgullo mostrados en la segunda parte: “Hasta el primer gol el equipo ha estado bien. Quizás le estaba faltando algo de profundidad, pero estaba dominando. Es cierto que tengo la sensación de que el segundo gol nos hizo mucho daño y que el equipo cuando recibe un bofetón lo siente mucho y no tiene que ser así porque al final tienes que ir para arriba y pensar en positivo. Es una situación que tenemos que mejorar y que está en la mentalidad del futbolista. Posiblemente la idea y el camino sea la segunda parte, quizás sin demasiadas ideas, pero con mucha casta y orgullo. Poniéndole lo que hay que ponerle”.
