El Cádiz no pudo pasar del empate y se mete en descenso
Ante un Girona serio y conservador, los amarillos merecieron mejor resultado, pero se meten en descenso. Eloi estrelló un disparo en la madera. El Cádiz reclamó dos penaltis.
El Cádiz jugó muchísimo mejor que en las dos jornadas precedentes, pero dejó escapar otros dos puntos del estadio Carranza y se mete por primera vez en la zona de descenso. Pese a que lo intentó por tierra, mar y aire no pudo romper la muralla del Girona, que sigue a lo suyo, sumando a ritmo de caracol, pero con esa eficacia relojera que le mantiene casi siempre en la zona de vanguardia y le ha convertido en un clásico de esta categoría.
El cuadro amarillo arrancó con la sorprendente novedad en su alineación titular de Carlos Calvo, que perdió protagonismo desde que marcara el recordado golazo de falta al Hércules que encarriló el regreso a Segunda. El madrileño estaba con ganas de agradar tras el célebre “me estorba” pronunciado por el asesor del club Enrique Pina (expresidente del Granada). El Girona de Pablo Machín, fiel a su 3-5-2. A los 16 minutos el público estalla contra el árbitro porque entiende que un centro de Álvaro García es interceptado por la mano de Aday dentro del área. Cuadra Fernández no observó penalti. El Cádiz jugaba bien y el Girona era paciente.
Un balón perdido por José Mari dio a Eloi la opción de disparar al palo. Susto para los amarillos. Poco después, la grada vuelve a reclamar la pena máxima por un presunto derribo sobre Álvaro. El fútbol sin complicaciones de los catalanes diluía la mejor imagen cadista en comparación con sus dos malos encuentros anteriores. Un balón cabeceado por José Mari a los 44 minutos tras buen centro de Carlos Calvo se pasea por la línea de gol sin que nadie le sople. Se llegó al descanso y el árbitro fue despedido con la habitual bronca.
El segundo tiempo arranca con dos ocasiones del Cádiz, una de Carlos Calvo y otra de Rubén Cruz, que remata muy flojo un servicio de Álvaro con olor a red. Machín cambió a Portu y Longo por Sandaza y Cristian. Y lo primero que hizo este último fue poner a prueba a Cifuentes. Aviso. Por su parte, Cervera situó en el campo al vasco Gorka Santamaría por Rubén Cruz, que estuvo más trabajador que afortunado.
El Cádiz parecía fundido pero apretaba y el Girona se conformaba con el empate. Dicho y hecho. El Cádiz dejó escapar otros dos puntos y se mete en descenso pese a que mereció mejor suerte. Solo ha sumado un punto de nueve. Y el Girona, sin hacer ruido, continúa siendo el equipo-hormiga. No para de llenar pasito a pasito su granero. Así se llega a las eliminatorias de ascenso.