Islandia todavía está de fiesta
Remontó un 1-2 ante Finlandia en los minutos finales. Hradecky paró un penalti a Sigurdsson. Victoria in extremis, aunque merecida.
Todo estaba preparado en Reykjavik para el retorno de los héroes. Islandia regresaba a casa después de haberse ganado el respeto del mundo futbolístico en la pasada Eurocopa y puede soñar con la próxima cita: el Mundial. Porque los islandeses nunca se rinden y ayer pudieron disfutar de nuevo de la celebración con su capitán, el barbudo Gunnarson, tras el choque. Victoria in extremis, aunque merecida, frente a una Finlandia que fue más eficaz, pero naufragó al final.
Arrancaron mejor los finlandeses, que en su segundo acercamiento marcaron por medio de Pukki. Sin embargo, antes del descanso el partido se movió mucho. Arnason empató y dos minutos despues Lord volvió a adelantar a los visitantes. Con ese 1-2 se llegó al descanso y, tras el paso por vestuarios, comenzó el monólogo islandés y la exhibición del meta Hradecky. Detuvo un penalti a Sigurdsson, el centrocampista, y fue atajando cada una de las acometidas locales. A veces incluso en dos ocasiones en la misma jugada. El portero se fue agigantando y parecía que la victoria se iría a Finlandia. Pero, como decíamos, Islandia no se rinde y lo demostró en el tramo final. Cuando el choque agonizaba Finnbogason, ex de la Real, hacía el empate y en el 96 Sigurdsson, el central, daba la victoria a los suyos ante la algarabia islandesa. Qué siga la fiesta.