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ESPANYOL

El Espanyol aún no ha dado con un tiralíneas que le equilibre

El Espanyol es el equipo que menos pases hace de toda la Primera División, lo cual paga en la salida de balón, la creación y la llegada. Marc Roca y Jurado, las soluciones.

El Espanyol aún no ha dado con un tiralíneas que le equilibre
GORKA LEIZADIARIO AS

Ni con cinco mediocentros —algunos, cierto es, fuera de sus posiciones naturales— pudo el Espanyol ante el Celta subsanar uno de los déficits que, lejos de solucionarse, se van acrecentando más conforme transcurren los partidos y los rivales le van tomando la medida. El estilo de juego de la escuadra perica, agrupada en buena parte de los encuentros en bloque bajo para evitar pérdidas letales y golpear en el contraataque, requiere de al menos una figura que sigue sin irrumpir después de seis jornadas: el tiralíneas.

No se cuenta el Espanyol entre los equipos de Primera que más balones pierde (es el noveno, con 528) y, sin embargo, sí es indiscutiblemente el que menos pases ha realizado hasta la fecha: 2.157. Y la mayoría, inofensivos, en horizontal, o tan largos que si no los luchan al espacio Leo Baptistao o Gerard Moreno le vuelven al contrario, como se demuestra en el hecho de que son el tercer conjunto que menos pases buenos ejecuta (1.555) y que menos consigue rematar (51 chuts en seis jornadas), pese a lo cual el balance anotador es notable (nueve dianas) gracias sobre todo a una altísima efectividad que sólo se truncó contra el Real Madrid y frente al Celta, lo que se tradujo, claro está, en sendas derrotas.

Los oponentes ya saben cómo presionarle a un Espanyol que, necesitado de una brújula, para más inri ha perdido en las últimas jornadas a uno de sus desahogos para suplir el juego asociativo con profundidad: Pablo Piatti. El jugador que más pases realiza es Víctor Sánchez (211), que actúa como lateral izquierda, y el que más promedia por partido (una media de 37) es un central, David López: pese a no tratarse de su demarcación natural, sobre él recae mayoritariamente la tarea de salir de atrás con criterio. 29 en cada encuentro entrega Diego López, un número alto para un portero, síntoma de que muchos intentos de salir de campo propio con el esférico jugado regresan a él para volver a empezar, ya sea de nuevo en corto y la altura del área propia (la mayoría), o con balones largos que se acostumbran a rifar por alto en la medular.

Pero no todo está perdido, ni mucho menos. Una de las sensaciones del arranque liguero, Marc Roca, ya es el cuarto jugador de la plantilla que más pases hace (154), entre otros la asistencia que valió el 1-2 de Gerard Moreno en El Sadar. Y, ante el Celta, volvió a gozar de unos minutos José Manuel Jurado, quien aunque el resultado no acompañó sí dio sensaciones de mejoría. No en vano, el gaditano es el mediocampista llamado a ejercer como nadie esa labor de tiralíneas. El propio Quique Sánchez Flores admitió que espera su mejor versión, la que le ofreció la pasada temporada en el Watford, para darle los galones en ese crucial apartado.