Aduriz remonta y deja tocado a Ayestarán y colista al Valencia
Dos golazos del ariete a su ex equipo dieron la vuelta a un partido con gran tensión. Kepa puso de pie a San Mamés con un paradón a Rodrigo Moreno que evitó el 2-2.
Aritz Aduriz ha vuelto. Y con él el Athletic, claro. Dos golazos, de cabeza y vaselina, han tumbado al Valencia, que sigue con sumar en la Liga. El colista lo es por su esperpéntica defensa. Pako Ayestarán se queda contra las cuerdas. Se jugará el puesto ante el Alavés en la próxima jornada.
No se había colocado aún Kepa Arrizabalaga en la portería cuando el Valencia le dio su primer disgusto en San Mamés. Fue en una fulgurante jugada, milimétrica, entre Montoya, Munir y Nani, que sirvió a placer a Medrán para que marcara. Era justo lo que necesitaban los hombres de Ayestarán, un golpe de autoestima para medir la fortaleza del dubitativo Athletic. Ni por esas.
Tuvo un efecto nocivo para los valencianos. Y es que los leones metieron la quinta marcha y apretaron en cada milímetro de terreno para llevar la pelota al área rival, donde los de Ayestarán son una verdadera calamidad a día de hoy. Lo de la millonada que pagó en su día el City por su traspaso al Oporto es uno de los grandes misterios del fútbol.
El Athletic fue acumulando ocasiones al encontrar vías de agua por todos los costados de la nave valencianista. La primera, en el minuto 16, una clamorosa de Susaeta, que con todo a su favor marró a bote pronto un gran pase de Raúl García. Poco después, Williams estuvo a punto de hacer el empate en otro descuido de Gayà. Intentó colar la pelota por las piernas de Alves, pero las cerró sabiamente. No anda fino Iñaki.
Se mascaba el gol rojiblanco y, cómo no, llegó gracias a Aritz Aduriz. El Athletic es europeo cuando está él y aspirante a no bajar cuando desaparece. Beñat botó una falta lateral al segundo palo e irrumpió dando un brinco de los que acostumbra para alojar la pelota a la red con un cabezazo marca de la casa. Lo que no se entiende muy bien es qué hacía Medrán vigilándole. Otro misterio de este deporte.
Ya llevaba tiempo Aduriz hurgando en las miserias de Mangala y en el minuto 34 cazó pieza en un desmarque a la espalda. Beñat, que sigue atinado, lo vio perfecto y Alves dio un paso un falso. El donostiarra, de radar fino, se sacó a una vaselina con la derecha a pie cambiado que no fue celebrada con pañuelos porque San Mamés se ha hecho muy pijo. Porque los kleenex también se pueden agitar. Décimo gol de Aduriz al Valencia desde que Manolo Llorente le dejase marchar. En Bilbao, no saben cómo se lo agradecen.
El Valencia era decoroso con balón, pero sin él sufría mucho. Apenas Mario Suárez tenía en pie al entramado defensivo, aunque con la pelota sea lo justo. Parejo apenas aparecía. En la primera mitad, los visitantes sólo inquietaron a Arrizabalaga antes del gol, en un zurdazo alto de Rodrigo Moreno.
El Athletic parecía dispuesto a firmar la sentencia en el primer cuarto de hora de la segunda mitad. Susaeta y Raúl García apretaron a Alves. A Valverde le dio por recurrir a un cambio que traía hecho de casa: quitó a Iturraspe para meter a San José. Y su equipo reculó. No hay sintonía entre técnico y el hace tiempo faro del equipo. Se vio en el enfado en la sustitución.
El equipo dio un paso atrás y le salvó un paradón de Kepa Arrizabalaga similar a la de Iker Casillas a Perotti. Una de esas estiradas de gato felino de las que ganan partidos. Rodrigo Moreno, en boca de gol, se topó con él. El Valencia no volvió a asustar más, aunque lo estrecho del resultado podía hacer pensar lo contrario. Aduriz tuvo el tercero en un zurdazo cruzado fuera antes de que entrase el canterano Yeray por Bóveda, el mejor defensa que a día de hoy tiene Valverde. Y la intriga se mantuvo porque el Athletic falló un gol cantado en el minuto 84. Susaeta montó una contra con Beñat y Aduriz dejó a placer la pelota al ex del Betis para que marcara. Quiso asegurar con un control y Aderlan Santos llegó por detrás para rebañar la pelota. Fue la única aportación defensiva de un Valencia que ha encajado ya diez goles en la Liga y tiene a su técnico en el alambre.