Clavería: "La confianza del míster me motiva para trabajar más"
El canterano del Rayo Vallecano se ha hecho un hueco en el once. Debutó con el primer equipo en 2014, pero fue titular por primera vez en Copa y repitió ante el Mallorca.
Su polivalencia, el hecho de ser un soldado para ayudar al equipo, es lo que le ha hecho ganar enteros cada semana. El jugador se ha puesto solo, por méritos propios, y ahora a ver quién le quita”, esas fueron las palabras que Sandoval dedicó a Clavería tras la victoria al Mallorca. El centrocampista también tiene elogios para el míster: “Su confianza me anima a trabajar más todavía. Es muy cercano, sobre todo con los chavales que subimos. Nos ayuda y nos exige para aprender y mejorar”.
Pablo Clavería Herráiz (Madrid, 1 de abril de 1996) debutó con el primer equipo en Mestalla (13-12-14), pero su titularidad en un partido oficial llegó la pasada semana en Copa ante el Almería. Su aplomo, su eficacia, su rendimiento, le abrieron las puertas del once liguero y se estrenó con el primer equipo en Vallecas: “Fue muy emocionante para mi familia. No lo quería pensar para no ponerme nervioso, traté de darle la máxima normalidad posible”. Imposible mirarle y que no luzca una sonrisa.
Y es que Pablo es rayista de cuna. Su bisabuelo fue Tomás Rodríguez Rubio, el primer entrenador oficial del Rayo, con quien se ascendió a Tercera (48-49). “Mi familia, por parte de madre, siempre ha vivido en Vallecas. Yo lo hice en la calle José Poblete, a dos minutos del Estadio”, confiesa Clavería. A pesar de su juventud tiene los pies en el suelo. Algo a lo que ha ayudado su padre, Jesús Clavería, el mítico portero de fútbol sala: “Ha influido mi familia, criarme en ese ambiente de fútbol me ha hecho estar centrado”.
Capitán del Juvenil A que ganó su campeonato liguero y la Copa (“cuatro jugadores de entonces trabajan con el primer equipo, es un buen síntoma”) y pistolero (“empezó por una broma con los amigos, de un videojuego de la Play y cada vez que marco hago ese gesto”) vive su sueño junto a Kike, Lucho, Akieme, Montiel, Fran Beltrán...
Pero Clavería respira por y para el Rayo, que abandonó el farolillo rojo: “Sabíamos que era algo anecdótico. Hay equipos fuertes, pero esto es muy largo. Cuando se gana es más fácil trabajar. Los ánimos están mejor, tenemos más confianza y esto puede ser un punto de inflexión. El ascenso es posible. Ni en pretemporada todo era tan bueno ni ahora tan malo. Hay que tener la cabeza fría, el objetivo claro y no desviarnos del camino”.