León está volcada con La Roja
“¿Tienes entradas?”, la pregunta que más se repite estos días. Más de 400 aficionados esperaron a la Selección a su llegada en AVE.
España- Liechtenstein en directo
Hoy, cuando amanezca lunes, la cocina del Trébol ya hará una hora que estará abierta. Noemí, su dueña, irá y vendrá con los cafés y los pinchos de tortilla. Hoy hay frenesí: La Roja duerme en el Silken, a apenas 800 metros, y las camisetas con los nombres de Iniesta o Ramos hace dos días que invadieron la ciudad.
La locura fue ayer, cuando a las 13:02 la Selección llegaba en AVE a la ciudad. 400 personas les esperaban. Algunos, afortunados, se llevaron las firmas de Piqué, Ramos y Bartra. Para León es un acontecimiento albergar este España-Liechtenstein, el primero oficial de Lopetegui. Lo sienten sus calles, lo viven sus bares. La cortadora de embutido de El Pajarín, en el Barrio Romántico, lleva dos días preparándolo a destajo. Cecina, chorizo, jamón. Sin parar. Mientras, en las conversaciones sólo se escucha una pregunta: “¿Tienes entradas?”. Hace días que se acabaron. Incluso las invitaciones para ver el entrenamiento. “Yo logré una de chiripa”, le cuenta un chico a otro mientras apura un butano y un plato de patatas de La Ribera, bar mítico, antes de ir a comer a Casa Rafa, otro mítico. A sus espaldas, minutos antes acaba de pasar el tren turístico con Liechtenstein como pasajero. Destino, los imperdibles de León. Su Catedral, joya gótica, San Isidoro, románica, donde, dicen, está el Santo Grial.
A las 20:00, 6.000 leoneses llenan las butacas del Reyno de León mientras La Roja testa el césped. En las gradas sólo se ve rojo. También en la Plaza de las Palomas, justo enfrente del Palacio de Botines, de Gaudí, donde hay largas colas para hacerse una foto con sus trofeos. La Roja se va al Silken cuando el entrenamiento termina.
La gente, al Húmedo. A cenar en La Trastienda, bailar en el Geppetto, tomar la primera en El Luna o la última en el Toro. Una trapa, la última, que se baja de madrugada, casi cuando Noemí abre la suya y comienza a preparar tortillas.
La ciudad cambia los pitos a Piqué por aplausos
Fue en junio de 2015, cuando los pitos a Piqué subieron de intensidad. Fue en León, donde La Roja de Lopetegui juega hoy su primer partido oficial. Ayer, en el entrenamiento, el del Barça fue el último en pisar el césped. Y hubo aplausos y pitos, pero más lo primero. Donde no hay duda es en Ramos: cada vez que toca un balón, delirio. Para la ciudad, no hay mejor embajador que ellos.
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