El Mirandés remonta ante un Cádiz indignado por el arbitraje
El conjunto gaditano se marchó al descanso 0-2 pero el Mirandés volteó el partido con un hombre más y los tantos de Eguaras, Mesa y Guarrotxena.
El Mirandés logró su primera victoria de la temporada ante el Cádiz en un partido agitado a más no poder. Los de Cervera llegaron a irse al descanso 0-2 con un jugador menos, pero la reacción de los de Terrazas en la segunda mitad reventó todos los pronósticos.
El conjunto local fue el primero en acercarse a la portería rival, en el primer minuto de juego tras una combinación de Néstor Salinas que remató Hervás desviado.
Pero a partir de ahí, el único color que reinó en el césped de Anduva fue el amarillo. En la primera acción de peligro de los gaditanos llegó el 0-1. Jugada por la parte izquierda, dispara Gorka Santamaría, rechaza el cancerbero rojillo Sergio Pérez, y Ortuño, el más rápido y listo de todos, aprovecha el balón suelto para adelantar al Cádiz.
El gol descolocó al Mirandés que parecía literalmente perdido en el terreno de juego. Mantecón a los diez minutos de juego, probó fortuna desde fuera del área con un chut fuerte que no encontró portería.
Cinco minutos más tarde, Salvi, que fue un auténtico regalo para los ojos de los espectadores futbolísticamente hablando, empalmó un balón por la parte derecha al que Kijera metió la pierna providencial para desviar la pelota a córner.
El Cádiz era un ciclón que no paraba de llegar una y otra vez a las inmediaciones del área de los locales. Minutos más tarde, el lateral izquierdo Oliván, no dudó en prodigarse en ataque y probar desde lejos un zurdazo que se marchó por poco.
El primer tiro a puerta de los de Carlos Terrazas llegó en el minuto 23 cuando Maikel Mesa la pegó desde la frontal y Cifuentes se quitó la pelota de encima como pudo.
La segunda opción consecutiva para los rojillos llegó en un libre directo ejecutado por Fofo a la media hora de partido que se fue por encima del travesaño de la meta del conjunto gaditano.
Pero la respuesta de los de Cervera fue contundente. Ortuño recibió en la media luna, habilitó a Salvi a la derecha para que el atacante amarillo, empalmara de primeras el esférico con el exterior de su bota derecha colándose su disparo en la escuadra derecha de Sergio Pérez. Golazo de manual.
El partido parecía puesto en bandeja para el Cádiz, pero el fútbol no entiende de libros y sí de hechos que cambian radicalmente un encuentro. Y eso fue lo que ocurrió porque Gorka Santamaría dejó a los suyos en inferioridad al ver la segunda tarjeta amarilla en tan solo tres minutos.
La nueva circunstancia dio un ligero empujón al Mirandés, que antes de llegar al descanso se acercó a la meta de Cifuentes con dos acciones, una de Maikel Mesa y otra de Fofo. Con 0-2 se llegó al final de los primeros cuarenta y cinco minutos.
Nadie podría esperar lo que iba a ocurrir en Anduva en la segunda mitad. Terrazas dejó en las duchas a Néstor Salinas y Javi Hervás y dio entrada a dos extremos puros: Álvaro Bustos y Sangalli. El encuentro fue radicalmente otro.
El Mirandés trenzó su primera jugada entre Fofo y Guarrotxena, pero Cifuentes salió bien para evitar el remate de éste último.
Tuvo el tercero en sus botas Álvaro García, pero su remate tras una combinación entre Salvi y Ortuño terminó con su disparo al lateral de la red de la portería de Sergio Pérez.
Hasta ahí el Cádiz. El Mirandés iba a dar la vuelta a todos los pronósticos posibles. Garrido cometió penalti por agarrón dentro del área y Eguaras transformó la pena máxima poniendo el 1-2 en el electrónico.
Dos minutos más tarde, en el 52 de partido, Mesa lo probaba desde lejos, rechazaba Cifuentes y Pedro casi sin ángulo obligaba al portero del equipo gaditano a emplearse a fondo.
Acto seguido llegó el empate. Minuto 54, de nuevo Maikel Mesa se interna en el área y esta vez sí, con el interior de su pie derecho dispara ajustado a la izquierda del meta visitante. Empate a dos, nuevo partido y el Cádiz en inferioridad numérica.
Álvaro Cervera no daba crédito a lo que veían sus ojos y el banquillo del Cádiz era un horno a máxima potencia.
El Mirandés quería más llevado en volandas por la afición y por la inercia de ver a los gaditanos totalmente desdibujados.
Guarrotxena buscaba protagonismo. No lo encontró en el 62’ cuando su derechazo se iba rozando el poste izquierdo de la meta visitante, pero sí tres minutos más tarde. Centro por el costado izquierdo y el ‘7’ de los rojillos, totalmente solo y de cabeza, no falla y marca el tercero. Locura en la parroquia rojilla y éxtasis de Carlos Terrazas en el banquillo del Mirandés.
El ritmo de partido era vertiginoso, imposible de parar hasta ese momento, con dos equipos en situaciones totalmente opuestas.
Ambos entrenadores trataron de refrescar a sus equipos desde el banquillo. Fofo tuvo el cuarto pero Cifuentes estuvo atento para evitarlo.
El Cádiz quería buscar el empate, pero el golpe de la remontada había dejado destrozado a los gaditanos sobre todo mentalmente. Las piernas ya no respondían igual.
Fueron pasando los minutos sin más ocasiones, solo mencionar el disparo de Álvaro Bustos a ocho minutos del final que Cifuentes atrapó en dos tiempos
Final, 3-2, en un partido rocambolesco e inaudito sobre el césped de Anduva.