Lázaro Albarracín recibió el cariño de su Lorca natal
La localidad murciana inauguró una plaza con el nombre del vicepresidente del Atlético. Cerezo le acompañó en el homenaje de su gente.
Ahora tienes que inaugurar el nuevo estadio, Lázaro”, le gritaron a Albarracín nada más descubrir la placa que desde ayer lleva su nombre en Lorca (Murcia). “Ya queda poco para eso”, afirmó Enrique Cerezo. Lorca, ciudad murciana de 100.000 habitantes, se volcó ayer en homenajear a uno de sus ciudadanos más queridos: Lázaro Albarracín, vicepresidente del Atlético.
La peña rojiblanca Castillo de Lorca, con 120 miembros, propuso que una plaza recuerde a Albarracín y la propuesta fue aprobada por unanimidad. La ciudad se volcó ayer con la inauguración. “Siento emoción y orgullo, es un gran honor que Lorca haya tenido este detalle conmigo”, aseguró Lázaro, acompañado por toda su familia y apenas conteniendo la emoción. Cerezo, a su lado, dijo que Lázaro “se merece este sentido homenaje de su gente. Es un gran reconocimiento”. El presidente del club acudió posteriormente a la cena de homenaje, con casi 400 personas procedentes de varias peñas atléticas.
Lázaro Albarracín, 87 años, fue durante mucho tiempo el representante del Atleti lejos del Calderón y un habitual en las celebraciones de las peñas. Una persona querida y respetada, como así reconoció el alcalde de Lorca, Francisco Jodar: “Es un acto de justicia para una persona muy querida en Lorca. ¿Cuántas veces nuestra ciudad ha sido noticia gracias a Lázaro? La plaza es acogedora, sencilla y humilde, como es él”. Cerezo pudo charlar y cambiar impresiones con Mayte Martínez Sánchez, presidenta del Brócoli Mecánico Lorca Femenino, de Segunda División y que jugó el play-off para subir a la máxima categoría.
Hubo peñas de toda España, de norte a sur: Irún, Burgos, Valladolid, Alcalá de Henares, Fuenlabrada, García Calvo de Madrid, Cieza, Indi de Murcia, Mar Menor, Cartagenera, Totana (Murcia), Águilas (Murcia), Almería, El Ejido, Pueblo Nuevo de Guadiana... incluso la de Nueva York. Las peñas no quisieron perderse este emotivo homenaje. Si alguien luchó y estuvo pendiente de todas ellas fue Lázaro Albarracín.