Óscar Fdez.: “Ser entrenador de esta generación me ilusiona”
La temporada pasada, fue el técnico que llevó al Juvenil rojiblanco a ganar la Liga y la Copa. Ésta es el entrenador del Atlético B. AS habló con él.
-El año pasado, campeón de Liga y Copa con el Juvenil. Éste, técnico del Atlético B...
-Es un orgullo tremendo para mí: soy un afortunado.
-¿Objetivo?
-Hay uno real, del que todo el mundo habla: el ascenso. Pero yo voy más allá: la formación de los chicos. Si somos capaces de desarrollarles, mejorarles, estaremos más cerca de la meta.
-Presente a su Atleti B…
-Es un equipo joven, con una base importante del Juvenil. No sabría decir quién destaca. Para mí lo hace una palabra: grupo. Estoy orgulloso de los chicos.
-Uno, Theo Hernández, ya está en Primera…
-El domingo veía orgulloso su partido. Theo es nuestro. Se ha criado aquí. Y verle ahí, cedido, en Primera, y que puede volver (sonríe)... Ese es el objetivo.
-Y un orgullo para usted…
-¿Sabes qué pasa? Yo creo en la gente joven y ser el entrenador de esa generación me ilusiona. El año pasado fue muy bonito. Hay un vínculo ahí.
-Era su primer año en el club.
-Sí. Yo venía de trabajar con las categorías inferiores de Qatar. Y soy de fuera, de Valencia, pero, ¿sabes?, entras y el Atleti te envuelve, te engancha.
-¿Y cómo llegó aquí?
-Por casualidad. Hace un año, fui de Qatar a Valencia porque mi hermano faltó y sus amigos le hacían un torneo. Iba cuatro días. Jueves, viernes, sábado y domingo. El jueves me llamó Miguel Ángel Ruiz para decirme que existía la posibilidad de entrenar al Atleti. Nos reunimos el viernes. Fue fácil: no hablamos de dinero, sí de la duración. Yo quería un proyecto que se sostuviera. Dejaba las selecciones inferiores de Qatar, Aspire, que es la mejor academia del mundo.
-¿Y cómo le llevó la vida allí?
-Otra casualidad. Fui entrenador del filial del Valencia y un día, tomando café con Julen Masach me lo sugirió. ¡Fíjate! ¡Yo iba a volver al colegio, porque tenía una excedencia y se acababa!
-¿Era profesor?
-Sí, de Educación Física. Trabajé diez años en colegios. Pero tras ese café renuncié a la excedencia y me fui. En fútbol jugué en el Levante hasta su filial y a entrenar empecé en el equipo de mi barrio, el Torre Levante, siempre alternando con el cole.
-¿Y era de los exigentes?
-Sí (sonríe). Pero es igual que en el fútbol: hay que ser exigente. Y las cosas que haces hay que hacerlas con pasión. Hablamos del compromiso, de tácticas, que es verdad, pero al final las personas tenemos que hacer las cosas así, con pasión.
-¿Le gustaría volver a ver el Cerro lleno con su filial?
-Sí, pero somos nosotros los que debemos invitarles, hacer venir a la gente al Cerro...
-¿Cuál es su primer recuerdo de fútbol?
-Las primeras botas y el primer balón que me regaló mi padre. Siempre se lo digo a los chicos: al final, las horas que te quita esto tú se las quitas a tu familia. Y yo les insisto: que nunca dejen un te quiero por decir. Es mi frase en el whatsapp desde el día que faltó mi hermano.
-Seguro que, en las victorias con el Juvenil, fue de quien primero se acordó.
-Mucho… ¿Sabes? Cuando yo estaba en Qatar él me decía: “A mí me gusta el Cholo: si fuera futbolista sería como él...”. Me fastidió mucho que no pudiera disfrutar de lo del Juvenil (se emociona)... Pero bueno, lo celebré con él y él lo sabe (silencio). Es que es difícil, que se te vaya un hermano con 36 años, en seis meses… Y, ahora, estoy en el Atleti y veo al Cholo, convivo con él y, a veces, pienso: “Es que tú imagínate, mi hermano lo hubiera conocido”. Hubiera sido la pera, ¿sabes?, la pera…