El Sporting despacha a un Athletic atolondrado

El Sporting se quitó de encima a su bestia negra en El Molinón. Un cuarto de siglo después, el Athletic cayó en Gijón y lo hizo por su mala cabeza. Tenía el partido bajo control y, de repente, por impaciente y atolondrado, se le fue de las manos. Cop voleó en el área un córner desprendido de San José y tres minutos después, en el 53, los de Abelardo pillaron en cueros a los leones en un contragolpe tras un saque de esquina. Víctor Rodríguez, gran triunfador de la tarde, batió por bajo a Iraizoz. Dos agujeros tremendos.

Gorka, cuestionado por Txingurri desde junio, dio vida al Athletic al parar poco después un absurdo penalti de Bóveda al tirarse en el área a por Burgui. El ex león Isma López lo lanzó al medio y el portero lo despejó esperándole quieto. Ya le había chutado en Lezama.

Y como si algo tienen los bilbaínos es que no se rinden ni degollados, un centro-chut de Williams rozó en Viguera, quien sin querer puso el 2-1 que hizo temblar a los locales. Sin embargo, ya era tarde, quedaban cinco minutos y el descuento. El Sporting, con Amorebieta en plan líder defensivo, siempre supo parar el juego. Hizo todas las faltas necesarias.

Fue una sorpresa de segunda parte, ya que antes mandó el Athletic con Williams, que sembró el pánico con su zancada, superior a la de Isma. Hubo una cuadrilla de tontos en la grada, indignos de El Molinón, que por el miedo que metía Iñaki se pusieron a hacer el mono. A ver qué dice Tebas.

Los leones fueron muy superiores de salida. Aduriz, aún con las piernas plomizas como San José y Raúl García, se resbaló ante Cuéllar en un mano a mano. El propio Iñaki rozó el 0-1. Lo impidió Cuéllar. De repente, gracias a los espacios que encontraba en medio campo, empezó a aparecer Víctor Rodríguez. Pudo marcar de cabeza y de falta.

El Sporting, tras el descanso y otra galopada de Williams, fue otro. Se lanzó al espacio con Burgui, dio un larguero, y Víctor. Y el Athletic, con demasiada gente corta de preparación, algo que ya se había notado en pretemporada y no arregló Txingurri, fue vulnerable, lento y acelerado.